Las costillas con patatas es una de las primeras recetas que nos vienen a la cabeza cuando pensamos en un plato casero, reconfortante y sabroso elaborado con frecuencia por nuestras madres y abuelas.
En el Pazo hemos querido reinventar este guiso tradicional, preparando unas costillas con patatas y huevo que te piden mojar pan hasta ver con claridad el fondo del plato. Porque, como ya sabes, nos gusta que nuestra cocina alimente por igual el cuerpo y el alma.
Si has preparado costillas alguna vez, te vas a sorprender porque ¡esta versión la dejarás lista en un periquete! Solo necesitas carne de calidad y huevos camperos Pazo de Vilane, que evocan con su yema cremosa y naranjita la frescura de nuestros campos gallegos. Si quieres saber donde encontrarlos, solo tienes que ojear nuestros puntos de venta, repartidos por toda España.
¡Este plato es un abrazo al corazón en días de lluvia y frío! ¿Te animas a prepararlo?
Los secretos para unas costillas irresistibles
Lo más importante a la hora de preparar costillas con patata y huevo es conseguir el equilibrio perfecto entre los diferentes sabores y texturas.- La carne debe quedar melosa por dentro y tostadita por fuera, impregnada en su totalidad por el resto de sabores del guiso. Si se desprende con facilidad del hueso, ¡enhorabuena, lo has conseguido!
- Las patatas actúan como esponja, absorbiendo los sabores y aromas de la verdura y el caldo. Para que esto suceda, asegúrate de que tienen un tamaño uniforme, ya que no existe truco mejor para garantizar una buena cocción.
- La salsa tiene que quedar espesa, balanceando adecuadamente el dulzor de las verduras con la intensidad del pimentón y la acidez del vino y el tomate. Vigilar que el alcohol del vino se evapore correctamente es prioritario en esta fase.
- El reposo resulta esencial para que los sabores se integren y las texturas se asienten. Además, nos permite aprovechar este espacio temporal para cocer los huevos camperos de Pazo, lo que dará un toque extra de distinción y calidad a la presentación.
Ingredientes
- 4 huevos camperos cocidos de Pazo de Vilane
- 1 kilo de costillas de cerdo sin adobar
- 750 g de patatas baby
- 1 pimiento rojo morrón
- 1 pimiento verde morrón
- 3 dientes de ajo
- 1 cebolla grande
- Media taza de tomate frito casero
- 2 cucharaditas de pimentón
- 1 hoja de laurel
- Medio vaso de vino blanco
- 2 tazas de caldo de verduras, carne o pollo
- Aceite de oliva
- Sal
Elaboración
- Cubre una cazuela con una fina capa de aceite de oliva y caliéntala a intensidad media-alta. Mientras, sazona las costillas y dóralas por ambos lados. Reserva en un plato.
- En la misma cazuela añade el pimiento rojo, el pimiento verde, la cebolla, los ajos y la hoja de laurel. Sazona y cocina a fuego medio durante 8-10 minutos, hasta que veas que las verduras comienzan a brillar y a estar tiernas. Añade el pimentón y mézclalo rápidamente durante 45 segundos, lo justo para que libere todo su aroma, sin quemarlo. Seguidamente, incorpora la salsa de tomate casera y remueve bien para integrar todos los sabores.
- Cuando la cazuela empiece a coger temperatura, vierte el vino blanco y deja que se reduzca durante unos minutos, permitiendo que el alcohol se evapore, pero dejando toda la profundidad y el sabor del vino en el guiso.
- Devuelve las costillas a la cazuela, mézclalas con la salsa para que se impregnen de todo el sabor, agrega el caldo y por último, las patatas. Cierra con la tapa y cuece durante 45 minutos, hasta que las patatas y las costillas estén tiernas
- Deja reposar 20 minutos y presenta el guiso con los huevos Pazo de Vilane cocidos, por encima, para obtener una comida completa y deliciosa.
