Descubriendo a las gallinas: gallina de Mos

La gallina de Mos es una apreciada raza autóctona gallega en peligro de extinción que afortunadamente ha experimentado un resurgimiento desde 2001. Tienen un porte espectacular, majestuoso, pues son aves grandes, de frondoso plumaje y hermoso colorido. ¿De dónde viene su curioso nombre? Nada menos que del de un santo, San Xiao de Mos, a su vez topónimo de una parroquia en Castro de Rei, Lugo. Ahí se adquirieron en 1936 los primeros huevos para iniciar el proceso de uniformidad de la raza. 

Desde antiguo la gallina de Mos no se ha limitado geográficamente a esta población, sino a toda la comarca de A Terra Chá y al interior de Galicia en general. 

Las gallinitas de Mos eran muy apreciadas por su rusticidad y adaptabilidad al medio (son muy resistentes, especialmente al frío) y porque no sólo dan huevos de un excelente sabor, sino una carne muy apreciada por sus propiedades organolépticas y bajo contenido en grasa. 

La raza es también la elegida por marcas de mucho prestigio para la producción de capones. Como decíamos, su carne es especialmente sabrosa.

Tras unos años en los que se temió por su supervivencia, hoy día se ha conseguido una cierta recuperación de la raza y no sólo se da en toda Galicia, sino en diversos puntos del resto de España; si bien todavía queda trabajo por hacer para que la gallina de Mos deje de considerarse en peligro.

No es un ave destinada a la explotación industrial, sino para la cría en sistema de explotación extensiva o semi-extensiva. De hecho, de media sólo produce unos 192 huevos al año (aunque de buen tamaño, unos 64 g) y no comienza a poner hasta los 5 meses de edad. 

¿Una gallina… sin cresta? 

Es un ave llamativa. Según describe el Ministerio de Agricultura y Alimentación, en la hembra el plumaje es de una tonalidad leonada, esto es, beiges, tostados, anaranjados y marrones que se entremezclan formando bonitas tramas. Asimismo, cuenta con una esclavina de color leonado intenso. 

Otra curiosidad de la raza gallina de Mos es que parece no tener cresta. Sin embargo, sí la tiene; lo que ocurre es que su desarrollo es menor que en los machos. 

Éstos, por su parte, lucen una peculiar cresta en forma de guisante, con tres filas de papilas de color rojo brillante. 

¿Más características propias? Patas fuertes y visibles, barbilla pequeña y pecho profundo y prominente. Las hembras son de tamaño mediano, unos 2,8 kg, de cuello esbelto, largo y erguido, con abundantes plumas. La cola es más bien pequeña, en ángulo de 45º.  

Breve historia de la gallina de Mos

La gallina de Mos era parte habitual de las casas de labranza y pazos gallegos. Era una de las razas más conocidas en estas tierras, pues no sólo se criaba para la producción de huevos, sino que ayudaba a mantener las tierras de labor en barbecho y alrededores de las viviendas libres de malas hierbas. Rara era la casa que no contaba con media docena de estas gallinas. 

Se cree que la raza la introdujeron los celtas en Galicia, no para su alimentación, sino para el ocio, pues eran muy aficionados a las peleas de gallos. Fueron los romanos los que consolidaron la raza y comenzaron a cuidarlas para el consumo.  

Ya en los años 20 del siglo XX el veterinario experto en zootecnia Santos Arán ya mencionaba en sus publicaciones la necesidad de establecer las características de la raza. En 1935 se recogió su iniciativa y desde la Estación Pecuaria Regional de Lugo se inició el proceso de selección. 

Para ello se adquirieron unos huevos (los primeros que se incubaron) en San Xiao de Mos (Castro de Rei, Lugo), de donde se tomó el nombre para esta gallina autóctona gallega. 

Por fin se llegó al primer patrón de la raza de Mos en 1936. Y transcurridos los años de Guerra, en 1941, el ingeniero agrónomo Ricardo de Escuriaza y del Valle, autor de una cartilla avícola que publicó la Cámara Oficial Agraria de A Coruña, ya describía dos tipos de gallinas gallegas, diferenciando entre las de costa, con más volumen y peso, y las de montaña, más pequeña.  

A lo largo de las siguientes décadas se siguió investigando en cruces óptimos para la raza y creció el número de reproductores, hasta lograr su expansión por toda Galicia. Tanto huevos como carne de gallinas de Mos llegaban puntualmente a los mercados de las grandes ciudades como Madrid y Barcelona. 

Sin embargo, el predominio de razas especialmente adaptadas a la industria avícola en los años 60 y muy especialmente 70 y 80 la relegó hasta hacerla casi desaparecer. Afortunadamente, los esfuerzos de los últimos años han revitalizado la raza. 

Fuentes:

Departamento de Producción y Bienestar Animal de Pazo de Vilane

http://www.avimos.org/home.html

https://www.mapa.gob.es/es/ganaderia/temas/zootecnia/razas-ganaderas/razas/catalogo-razas/aviar/galina-mos/default.aspx

https://www.rtve.es/alacarta/videos/aqui-la-tierra/aqui-tierra-gallina-mos-gallina-todoterreno/4623448/