Con las primeras tardes de otoño, más oscuras y largas, nos hemos animado a hornear esta deliciosa tarta de calabaza con cobertura de crema de queso.
Nos encanta esta estación. Las mañanas todavía suelen ser templadas y agradables -aunque lluviosas, en ocasiones- y las tonalidades del campo cambian y nos sorprenden casi cada día. Las gallinas están encantadas, y corretean, escarban y aletean todo lo que pueden, felices, en los prados del Pazo.
Al atardecer, cuando la jornada está cumplida y las gallinas se han recogido en el gallinero, como las temperaturas caen y el relente te empuja al hogar, solemos refugiarnos en la cocina del Pazo para elaborar dulces de temporada, como este tan rico que hoy te traemos.
No tardes en hacer esta tarta de calabaza, porque te encantará su suavidad, sabor lleno de contrastes y cremosidad. Para nostros es la perfecta “versión gallega” de la famosa Pumpkin pie, tan típica de los días otoñales y una de las recetas de Halloween más aplaudidas en las “monstruosas” fiestas de estos días.
Con este pastel de calabaza entrarás de verdad en el otoño, una estación hogareña, calmada y llena de encanto. Y aunque no puedas estar con nosotros en las largas tardes de cocina del Pazo, siempre podrás saborear un poquito de “a nosa terra galega” en nuestros huevos camperos de gallinas criadas en libertad que te llevamos a diario, muy cerca de tu casa.
Calabaza: deliciosa y sanísima
- La calabaza está en plena temporada en otoño y no puede ser más saludable: la naturaleza ha previsto todo lo que te hace falta para afrontar la estación.
- Por eso consumir productos de temporada es lo más sostenible para el medio ambiente y lo más inteligente para tu salud y tu bolsillo.
- Es antioxidante y previene gripes y catarros, porque refuerza tu sistema inmunitario.
- También es diurética, por eso beneficia a los riñones y al aparato urinario en general.
- Es buenísima para reforzar el sistema digestivo: inclúyela en tus menús y verás cómo disfrutas de mejores digestiones.
- Una de sus muchas ventajas es que aporta abundante fibra, por lo que es perfecta para resolver problemas de estreñimiento.
- Además, es cardioprotectora y previene enfermedades de la vista.
- Aporta poquísimas calorías (34 kcal por 100 g); por tanto, puedes introducirla sin miedo en tus régimenes de adelgazamiento.
Ingredientes
- Para la masa: 300 g de harina
- 100 g de mantequilla
- 1 huevo campero Pazo de Vilane
- 30 g de azúcar
- 1 cucharadita de levadura en polvo
- 1 cucharadita de zumo de limón
- 1 pizca de sal
- Relleno: 700 g de calabaza ya pelada
- 200 g de queso crema
- 3 huevos camperos Pazo de Vilane
- 1 cucharadita y ½ de canela en polvo
- 1 sobre de azúcar de vainilla de 8 g
- 65 g de azúcar
- Ralladura de 1/2 naranja pequeña
- Ralladura de ½ limón
- Para la cobertura: 70 gr de mantequilla
- 70 gr de queso crema
- 140 gr de azúcar glas
Elaboración
- Cocina al vapor los 700 g de calabaza (totalmente pelada y limpia de pepitas o fibras) durante unos 25-30 minutos. Corta la cocción cuando veas que está blandita, sin que llegue a deshacerse. También puedes hacerla a fuego lento en una cacerola con tapa, con un chorrito de agua (apenas 100 ml), y vigilando para que no se te queme.
- Echa en un bol los 300 g de harina tamizada, la cucharadita de levadura en polvo, 30 g de azúcar y una pizca de sal. Mezcla bien. Finalmente, añade la mantequilla sin sal fría. Comienza a amasar, primero ayudándote con un tenedor (para romper en trozos la mantequilla) y luego con las manos.
- Añade un huevo campero Pazo de Vilane, una cucharadita de zumo de limón y sigue amasando.
- Al principio te parecerá que la masa está seca, pero continúa amasando. El calor de tus manos y el amasado harán que la mantequilla se funda con el resto de ingredientes hasta que obtengas una bola compacta. Cubre con plástico de cocina y guarda en la nevera.
- Mientras, termina el relleno: añadimos a la calabaza 200 g de queso crema. A continuación, incorporamos tres huevos camperos Pazo de Vilane sobre la mezcla, 65 g de azúcar, 1 sobrecito de azúcar vainillado, 1 cucharada y ½ de canela, la ralladura de media naranja y medio limón. Pasa todo por la batidora hasta que tengas una masa con textura de puré.
- Estira la masa con un rodillo sobre una superficie enharinada y forra un molde plano y redondo de unos 25 cm (pon antes algo de harina en el fondo) y ajústala bien. Ve precalentando el horno a 170º.
- Vierte el relleno en el centro y asegúrate de que no queden burbujas de aire dando unos suaves golpes o toques en la encimera con el molde.
- Mete en el horno, sobre la rejilla, en la posición inferior (no tocando con el fondo), calor arriba y abajo, y a 170º. Calcula un tiempo de horneado de algo más de 65 minutos (dependiendo del horno).
- Cuando esté lista, entreabre la puerta y deja todavía reposar la tarta unos 5-10 minutos más. Luego sácala con la rejilla, para que repose y enfríe durante al menos dos horas.
- Aprovecha para elaborar el frosting de queso. Coloca la mantequilla sin sal a temperatura ambiente en un bol, y bate con las varillas eléctricas (a velocidad alta) hasta que quede a punto de pomada: blanca y cremosa.
- Tamiza el azúcar glas y vuelve a batir con las varillas, al principio a velocidad lenta hasta que se integre, luego, mucho más rápido y durante unos 3-4 minutos.
- Por último, incorpora el queso crema, bien frío. Y bate a velocidad media durante 2-3 minutos. ¡Listo! Si prefieres una textura algo más sólida, mételo durante unos minutos en la nevera. Luego extiéndelo sobre la tarta. O sírvela en porciones, con un poquito del frosting encima.