Miguel, chófer de Pazo de Vilane, el deportivista de pro

Miguel Prado Mourelle es el chófer de Pazo de Vilane. Su trabajo consiste en recoger los huevos de nuestras fincas, llevarlos a la Zona de Control de Calidad y Almacén y, una vez listos, repartirlos por las principales ciudades de Galicia.

Ferrol, Vigo y Coruña forman parte de su ruta, así que, además de conocer diferentes gentes y lugares, de vez en cuando tiene la oportunidad de “alegrarse el día” contemplando la moderna silueta del nuevo Riazor, el estadio de su amado equipo, el Depor.

Descríbenos qué haces en un día típico…

Pues suele comenzar haciendo la recogida de los huevos. Pazo de Vilane tiene numerosas fincas, y en todas ellas hay pequeñas granjas con gallinas: Estancos, Margada, Susnavas, Pintelas… De ahí los transporto y los dejo en el Almacén, donde pasan el control de calidad y son empaquetados. Una vez completo esta operación, recojo los huevos que ya están preparados para repartir y emprendo la ruta que me toque ese día. 

Tienes asignada gran parte de la zona gallega…

Sí, cubro toda Galicia junto a Juan Carlos Alana, también chófer. Últimamente me encargo de las grandes ciudades: Coruña, Ferrol, Vigo

Mirador de A Capela, en la Ribeira Sacra. Para Miguel este es uno de los lugares más bonitos de toda Galicia.

¿Y qué es lo que más te gusta de tu actual puesto en Pazo de Vilane?

La actividad. El entrar y salir, es decir, ir cada día a un lugar distinto, recorrer pueblos, ciudades… Cada vez me encuentro cosas diferentes. Y tengo la oportunidad de saludar a unos y a otros, de hablar con mucha gente. Aunque empecé hace seis años en las granjas, en seguida surgió la oportunidad de pasarme a la carretera… ¡Y no lo dudé! Como te decía, soy de viajar y ver mundo

Háblanos un poco de ti y de tu familia…

Nací en Antas de Ulla, justo donde se ubica Pazo de Vilane. Soy el menor de siete hermanos; tengo pareja y vivo con ella en Padrón (Pontevedra). No tengo hijos –todavía soy joven, 34 años- pero sí sobrinos. Te puedes imaginar que, como soy el pequeño de la familia, la relación con ellos es casi como de hermanos. Me gusta jugar, entretenerles e inculcarles las buenas costumbres, como ser deportivista. 

Estadio de Riazor. El «Depor» es algo más que un equipo para Miguel…

Sientes los colores, por lo que veo…

¡Desde luego, soy deportivista de pro, y desde bien pequeño (ríe)! Todavía recuerdo los días de celebración del Depor como de los más felices de mi vida, como cuando ganó la Liga de 1999-2000, la Copa del Rey en la temporada 2001-2002, o las Supercopas de España en los años 2000 y 2002. Yo era muy joven, pero tengo esas jornadas muy vivas en la memoria.  

¿Y te gusta practicar fútbol o solo verlo?

También jugarlo, echarme mis partidillos… Antes de la pandemia jugaba al pádel y al fútbol en Monterroso. Ahora, por responsabilidad, sólo paseo por el campo. Pero volveré a retomar esas dos aficiones en cuanto todo esto acabe. ¡Seguro! 

Fortaleza de Castro de Amarante, situado muy cerca de Pazo de Vilane. Miguel te recomienda que no te lo pierdas si algún día visitas A Ulloa.

Tú que viajas tanto… ¿Qué lugar te parece el más impresionante de Galicia? ¿Y de nuestra comarca, A Ulloa?

Es difícil esto que me planteas, pero si tuviera que escoger serían los Miradores de la Ribeira Sacra. De verdad que te cortan la respiración. Y de A Ulloa me quedaría con la Fortaleza de Castro de Amarante, uno de los castillos más famosos y bonitos de toda la Región. 

Miguel, ¿por qué recomendarías nuestros huevos?

Pues porque los huevos camperos de Pazo de Vilane son como los “huevos de casa”, los que se producían antaño. Es decir, los que criaban casi todos nuestros abuelos. Y, además, porque yo soy testigo de que llegan a los comercios fresquísimos, con muy pocos días de puesta. Que cualquiera los pruebe en tortilla de patata y lo compruebe. ¡A mí es como más me gustan!