La tarta de San Marcos es ese bizcocho jugoso de yema tostada y nata que seguro que en alguna ocasión hemos disfrutado durante las sobremesas de nuestra niñez. Un clásico entre los clásicos ideal para poner el broche de oro a una comida especial o sobrellevar mejor la agotadora rutina de un día cualquiera.
La mayor complicación de este postre reside en sus capas, por eso hay que trabajar cada una de forma adecuada y con los ingredientes exactos que mencionamos en la receta distribuidos correctamente: azúcar, harina de trigo y de maíz, nata líquida para montar, mantequilla fundida, levadura y cacao en polvo, limón, sal y, ¡lo más importante!, huevos de primera puesta de Pazo de Vilane.
Sin duda, unos buenos huevos, puestos por nuestras gallinas camperas, que pastorean todos los días en libertad en pastos gallegos, son el alma de esta tarta, un manjar sabroso y delicado.
5 razones por las que merece la pena preparar la tarta de San Marcos en casa
- Razón 1- El sabor casero es incomparable a cualquier otro. Gracias a los huevos camperos de primera puesta de Pazo de Vilane conseguimos que la miga del bizcocho de deshaga suavemente en la boca y el gusto final de la yema tostada se intensifique. Cuando los ingredientes son naturales y de calidad, ¡se nota en la apariencia y en el paladar! Ya sabes que puedes conseguir nuestros productos en diferentes puntos de venta en toda España: aquí tienes el enlace para consultarlos.
- Razón 2 - No hay mejor forma de lucirte ante tus invitados que creando una tarta de apariencia compleja y elaborada. Lo cierto es que se trata de un postre laborioso -lleva algo de tiempo- pero fácil de preparar al mismo tiempo. Si cuentas con una buena receta (como es el caso) y sigues nuestro paso a paso, ¡no tienes que preocuparte por nada más!
- Razón 3 - A pesar de tratarse de un postre que requiere cierto grado de concentración, el procedimiento es entretenido, (e incluso emocionante) si te apasiona la pastelería. Batir las diferentes mezclas, montar la nata, untar las capas con paciencia y colocarlas en forma de torre… Cada paso es una oportunidad única para sumergirte de lleno en la cocina y huir del ruido exterior.
- Razón 4 - Tienes la posibilidad de personalizarla a tu antojo y aportar así tu seña de identidad en cada detalle: sustituir las capas de nata por trufa, incorporar un relleno novedoso, o experimentar con diferentes elementos decorativos en la presentación. ¡No seremos nosotros quienes pongamos puertas a tu creatividad!
Ingredientes
- Para el bizcocho: 4 huevos de primera puesta Pazo de Vilane
- 160 g de azúcar
- 220 g de harina
- 1 cucharadita de levadura en polvo
- 110 ml de nata líquida
- 50 g de mantequilla fundida
- Una pizca de sal
- Para el relleno: 250 ml de nata líquida para montar
- 150 g de azúcar glas
- 30 g de cacao en polvo de buena calidad
- Gotas de limón
- Para la yema tostada: 4 yemas de huevos de primera puesta Pazo de Vilane
- 170 g de azúcar blanco
- 20 g de harina de maíz
Elaboración
- Para el bizcocho: Pon en un bol grande los huevos, el azúcar, la sal y la nata y bate todo con varillas eléctricas hasta que se mezcle bien y quede una masa suave y cremosa.
- Tamiza la harina y la levadura directamente sobre la mezcla de huevos. Remueve con cuidado, haciendo movimientos envolventes, hasta acabar por completo con los grumos.
- Derrite 70 gramos de mantequilla en el microondas, en intervalos de 5-10 segundos y moviendo cada vez, para que no se queme. Luego, incorpórala a la masa y mezcla todo muy bien. Cubre un molde plano con papel de hornear y vierte la masa. Hornea a 150ºC durante unos 30 minutos, aproximadamente.
- Para la yema tostada: En una cazuela, combina el azúcar con la harina de maíz, añade 50 ml de agua y remueve hasta conseguir una pasta. Llleva a fuego lento e incorpora las yemas de huevo, sin parar de remover y sin que llegue a hervir, hasta que veas que comienza a cuajar.
- Retira del fuego, cubre con film transparente y deja enfriar, para evitar que las yemas se corten.
- Para el relleno: Monta la nata bien fría en un bol, usando unas varillas. Cuando esté semimontada, empieza a incorporar el azúcar glas (según tu gusto) y sigue batiendo hasta que esté firme. En los últimos minutos añade unas gotas de zumo de limón.
- Divide la nata en dos partes iguales. Añade el cacao en polvo tamizado a una de las mitades y mezcla hasta conseguir una trufa suave y cremosa.
- Para la tarta: Cuando el bizcocho esté frío, corta la lámina en 3 partes iguales, recortando los bordes para que queden planchas perfectas. Coloca una de las láminas como base y extiende una capa generosa de trufa.
- Pon la segunda lámina encima, y cúbrela con una capa gruesa de nata montada. Coloca la última lámina sobre la nata y cúbrela con la crema de yema tostada ya fría. Alísala bien con una espátula.
- Para la decoración final: Espolvorea un poco de azúcar sobre la capa de yema tostada y caramelízala con un soplete o una plancha especial para repostería.