Aviso a golosos: si no has probado estas rosquillas caseras de Pazo de Vilane, ¡no lo hagas, porque te convertirás en adict@!
Esponjosas, dulces, de textura suave… y con esa capita de azúcar crujiente. ¡Deliciosas!
Y encima son sanas y nutritivas, para las meriendas o las “medias mañanas” de los niños o los mayores, tal como eran las rosquillas caseras de las de antes. Con ingredientes naturales y de toda la vida: harina, aceite de oliva, ralladura de limón… y huevos camperos.
Y es que es indudable que la receta mejora si los huevos son fresquísimos, recién cogidos, como los de Pazo de Vilane, que salen de la Ulloa a tu establecimiento con apenas 2 o 3 días de puesta. En este buscador tienes a mano los establecimientos de venta más cercanos a tu casa o a tu lugar de trabajo.
Hazte con tu cajita de huevos camperos y corre a la cocina a cocinar estas rosquillas tradicionales. ¡Se deshacen en la boca!
Paso a paso para unas rosquillas caseras perfectas (de chuparse los dedos)
- ¿Su único secreto? Los huevos: camperos, fresquísimos y recién recogidos en el Pazo.
- Vigila bien la temperatura del aceite. Si está humeando, se te quemarán por fuera y quedarán crudas por dentro; si, por el contrario, el fuego está muy suave, corres el riesgo de que se te deshagan.
- No esperes a que se enfríen demasiado para bañarlas en azúcar y canela: mejor, todavía en caliente.
Ingredientes
- 3 huevos camperos Pazo de Vilane
- 170 g de azúcar
- Ralladura de dos naranjas
- Ralladura de un limón
- 80 ml de aceite de oliva virgen extra
- 140 ml de leche entera
- 600 g de harina
- 2 cucharaditas de levadura
Elaboración
- Con ayuda de unas varillas, bate los huevos con el azúcar, la ralladura de las naranjas y el limón hasta obtener una crema.
- Vierte el aceite y vuelve a batir hasta integrar perfectamente.
- Mezcla la harina con la levadura y añádela poco a poco junto a la leche. Comienza a trabajar la masa con las varillas y luego usa las manos. Al principio se te quedará pegada, pero a medida que tome cuerpo se irá desprendiendo. El punto perfecto de la masa tiene que ser pegajoso, pero manejable. Te llevará unos 4-5 minutos.
- Haz una bola con la masa, cubre con un paño limpio y deja que repose treinta minutos en un lugar cálido.
- Para que todas tus rosquillas sean iguales y se frían por igual, lo mejor es pesarlas. 35 gramos es una buena medida.
- Con las manos engrasadas prepara las bolitas y hazles un agujero en el medio. Mientras, ve calentando abundante aceite de oliva en una sartén alta, sin que llegue a humear.
- Antes de sumergir cada rosquilla en el aceite abre un poco más el agujero Verás que caerán hacia abajo; esto es normal, enseguida subirán y empezarán a dorarse suavemente. Un truco para que el agujero no se cierre es voltearlas un par de veces una vez se hayan levantado del fondo de la sartén.
- Ve retirando a una rejilla para que templen. Antes de que enfríen por completo dales un buen baño de azúcar y canela molida.