Aquí tienes la auténtica receta de huevos rancheros recién llegada del México lindo y querido. ¿Quién dice que a los gallegos sólo nos tira la comida de la tierra? A nosotros lo que de verdad nos gusta es la buena cocina, y estos huevos cumplen todos los requisitos (y con creces) para auparse hasta esa preciada categoría.
Y es que nuestros huevos camperos son de primera por los cuidados que reciben nuestras gallinas: la mejor alimentación posible y libertad en los pastos frescos de Galicia todos los días del año. Hectáreas verdes para picotear, corretear o escarbar a placer, el mejor clima y aire puro para respirar. Con unas condiciones de vida así, ¿cómo no van a estar buenos los huevos?
Así que apunta esta recetiña, y ten los huevos de tu cajita Pazo de Vilane bien a mano, porque los huevos rancheros pueden ser tu plato fuerte en una comida tex mex con amigos, o cualquier cena de diario bien resuelta. También te quedarán estupendos como plato principal al mediodía: prueba a acompañarlos con un poquito de arroz blanco, frijoles o incluso unas rodajitas de aguacate aliñado con sal, pimienta y zumo de lima.
Huevos rancheros: el secreto está en la salsa
- Así es, ni más ni menos. Gran parte del sabor de este plato depende de lo rica que te salga la salsa. Para ello, escoge las mejores verduras, bien frescas. También puedes adaptar nuestra receta y echarle jalapeños, cebolletas, chiles verdes serranos, pimientos amarillos y rojos… Incluso un poco de carne picada o frijoles negros cocidos.
- Para que esta receta tenga ese toque crujiente tan rico, debes freír las tortillas de maíz en abundante aceite de girasol. Eso sí, no las dejes mucho rato en la sartén o se pondrán excesivamente duras. ¡Sólo vuelta y vuelta!
- Cuando la salsa esté casi lista, termina de sofreirla añadiendo muy poco a poco unas gotas de tabasco y probando, para no pasarte de picante. También puedes dividirla en dos partes y ofrecer a tus comensales dos gustos, según su “ardor”.
Ingredientes
- 8 huevos camperos Pazo de Vilane
- 8 tortillas de maíz
- 200 ml de aceite de girasol (para freír)
- 1 chorrito de aceite de oliva virgen extra (para el sofrito)
- 1 ramita de cilantro picada
- 1 vasito de agua
- 4 tomates bien rojos y maduros
- 1-2 pimientos verdes pequeños
- 3-6 gotas de tabasco (según tu gusto)
- 1 cebolla grande
- 2-3 dientes de ajo grandes
- 1 pizco de sal
- 1 pizco de pimienta
Elaboración
- Enciende el horno a 180º y cuando esté caliente, pon los tomates en la bandeja y hornea durante 15 minutos, aproximadamente.
- Mientras, trocea bien la cebolla y ponla a pochar en una sartén con un chorrito de aceite de oliva a temperatura baja, hasta que esté transparente.
- Mientras, ve cortando en trocitos muy pequeños el pimiento verde y el ajo. Añade a la sartén primero el pimiento y más tarde el ajo. Sofríe.
- A continuación, saca los tomates (que ya estarán asados), quítales la piel con cuidado, trocéalos, y añádelos al sofrito. Vierte el vaso de agua para que no se pegue, y sube ligeramente el fuego.
- En una sartén pequeña aparte fríe las tortillas de maíz. Ve sacándolas y colocándolas en los platos, de dos en dos.
- Cuando acabes con las tortillas, sigue con los huevos camperos fritos. No olvides salpimentarlos.
- La salsa ranchera ya estará lista. Prueba y sazónala con sal y pimienta.
- Emplata con una base de salsa, coloca a continuación dos tortillas de maíz crujientes y justo encima dos huevos fritos. Finalmente, vuelve a salsear.
- Como toque final casi imprescindible, trocea bien fina la rama de cilantro y reparte sobre los huevos rancheros. Sirve inmediatamente.