¡Qué belleza de calabazas! Estos panecillos pretzel a modo de calabacitas son el complemento ideal de cualquier reunión o encuentro con amigos, porque decoran por sí solos cualquier mesa y además apetecen a cualquier hora.
Y es que los pretzels (o bretzels) son súper versátiles: admiten todo tipo de rellenos, tanto dulces como salados. ¿Los has probado con dulce de leche y compota de manzana? ¿O con mermelada de arándanos de Pazo de Vilane? No dejes de experimentar también con sus múltiples versiones saladas, como salmón ahumado y queso cremoso o una pasta de queso rallado, jamón york, espinacas frescas y un poquito de mayonesa. ¡Deliciosos!
Por cierto, con esta receta “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. Cualquier alemán estaría de acuerdo en seguir nuestro consejo: los pretzel están pensados para consumirlos en el momento -mejor aún si todavía están calientes- así que trata de planificarte para sacarlos del horno justo antes de servirlos.
Origen de los Pretzels (o bretzels) y algunas curiosidades
Aunque el origen remoto de estos panecillos no está del todo claro, sí existen testimonios gráficos y pictóricos que los sitúan con seguridad al menos en la Edad Media.- Hay fuentes que aseguran que los pueblos germánicos celebraban con estos panes el comienzo de la primavera. Siguiendo esta corriente histórica, los pretzels simbolizarían los cuernos de un carnero (la imagen de la constelación de Aries).
- En torno al año 600, los benedictinos en los monasterios premiaban a los niños con un bretzel si hacían bien todos los deberes y se sabían las oraciones. La forma cruzada típica de estos panes asemejaba a un niño orando.
- Ya en el XII aparece en el libro Hortus Deliciarum, escrito por las monjas de un convento de Alsacia, la primera imagen de un pretzel. Se trata de un banquete que presiden la reina Ester y su esposo, el rey Persa Jerjes. Justo a la derecha de este último aparece el panecillo.
- En el XVIII numerosos alemanes emigraron a EEUU, concretamente al estado de Pensilvania. Muchos eran panaderos, y exportaron esta rica receta, ahora muy popular en todo Norteamérica, donde se vende en puestos callejeros en las grandes ciudades.
- Hoy día todavía perdura la tradición en el sur católico de Alemania de llevar bretzels junto a las palmas que se llevan a bendecir a la Iglesia en el Domingo de Ramos.
Ingredientes
- 500 g harina
- 100 g agua
- 170 g leche
- 5 g levadura seca
- 7 g miel
- 2 yemas de huevos Pazo de Vilane
- 25 g mantequilla
- 5 g sal
- 2 litros de agua
- 50 g de bicarbonato sódico
Elaboración
- Mezcla la leche con la levadura y con la harina y deja reposar 1 hora.
- A continuación añade el resto de ingredientes: el agua, la miel, las yemas de los huevos, la mantequilla y la sal. Amasa bien. Dejar reposar toda la noche en la nevera, hasta que doble su volumen.
- Al día siguiente saca del frigorífico y deja que atempere. Divide en 10 porciones y dale forma de bola.
- Forma las calabazas con la ayuda de un cordel. Sólo deberás atar las masas como si fueran paquetes de regalo, apretando ligeramente para que queden marcadas.
- Pon el agua a hervir con el bicarbonato, y escalda cada bola durante 10 segundos (retira inmediatamente y coloca en la bandeja de hornear).
- Espolvorea con sal gorda y mete al horno unos 20 minutos, a 180º.