Una granja avícola es un centro agropecuario de cría de aves de corral, bien para el aprovechamiento comercial de su carne, bien para la puesta de huevos. En el primer caso las granjas avícolas acogen los denominados pollos de engorde; en el segundo, gallinas ponedoras.
¿Quieres conocer las diferentes clases de granjas avícolas existentes, cómo funcionan y qué características básicas las distinguen? Sigue leyendo, que te desvelamos todas las claves
Granja avícola de pollos de engorde o de carne
Se trata de establecimientos agropecuarios donde se crían aves para el aprovechamiento de su carne. En España existen cerca de 5.000 explotaciones autorizadas de este tipo, con una densidad media de 25.000-30.000 pollos cada una.
En este tipo de instalaciones las condiciones de crianza están muy sistematizadas. Así, los animales suelen alojarse en naves con temperatura acondicionada –generalmente, en torno a los 26º- e iluminación y ventilación controladas. Tanto los comederos como los bebederos están sistematizados y controlados por sistemas informáticos que regulan el caudal exacto de pienso y agua necesarios para la crianza del animal.
Granjas avícolas de puesta
Las granjas avícolas de puesta son aquellas que crían gallinas para la comercialización de sus huevos. Según ASEPRHU (Asociación Española de Productores de Huevos) en España hay unas 1.340 granjas productoras, que albergan algo más de 47 millones de gallinas ponedoras, casi tantas como españoles.
Nuestro país es una verdadera potencia en el sector del huevo dentro de la UE. De los 7 millones de toneladas de huevos producidas en un año, un 25% proceden de España, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medioambiente.
Tipos de granjas avícolas de puesta o de gallinas ponedoras
Granjas avícolas de jaula acondicionada
El 78% de las gallinas españolas viven alojadas en jaulas dentro de este tipo de granjas denominadas intensivas, cuyos huevos se identifican con el número 3 (debe ir marcado en la caja).
Se trata de grandes centros productores donde, de media, se alojan unas 67.700 gallinas por granja, a veces más. En el caso de las denominadas macrogranjas, pueden llegar a convivir hasta un millón de gallinas.
En Europa el porcentaje de gallinas de jaula es mucho más bajo respecto a España, de alrededor del 40%, debido a la creciente presión que grupos de consumidores han venido ejerciendo en los últimos años a favor del bienestar animal.
La clave en este sistema es la rentabilidad económica, que se maximiza gracias a la gestión de la jaula. Los animales están encerrados entre rejas, y a su vez dentro de enormes sistemas de baterías (similares a literas de varios pisos), de forma que en un mismo recinto pueden caber hasta 10 veces más aves que en otros sistemas, como el campero –en el caso de las macrogranjas este porcentaje crecería exponencialmente-.
Según la legislación, las jaulas acondicionadas deben ser de 750 cm2 por gallina (600 cm2 de superficie utilizable). Normalmente las jaulas no son tan pequeñas, sino que varias gallinas comparten una más grande y disponen de ese espacio mínimo. Últimamente los productores de este sistema están incorporando las llamadas jaulas enriquecidas, que cuentan además con nidos y/o perchas incorporados.
En la gestión de este tipo de granjas de jaula el bienestar animal no se tiene prácticamente en consideración. Los animales no salen jamás de su estrecho confinamiento, por lo que suelen presentar daños en patas, alas y picaje o desplumaje en distintas partes del cuerpo. Son aves sometidas a un considerable estrés, especialmente por la falta de espacio y de acceso al aire libre.
Todavía más que en otros tipos, en estas granjas avícolas es vital que la gestión sea óptima.
Manejar granjas con semejante número de aves no es nada fácil: se deben retirar los ejemplares muertos a diario, vigilar estrechamente la posibilidad de epidemias, y revisar a conciencia los sistemas de alimentación, calefacción, y ventilación, entre otros muchos factores, para salvaguardar la higiene y la seguridad alimentaria.
No obstante, fuera de estos cuidados básicos poco puede hacer el cuidador o granjero de las granjas avícolas de jaula por rebajar el nivel de estrés de los animales y mejorar su bienestar.
Granjas avícolas de suelo
Las granjas avícolas de suelo (el 13% en España) se rigen por métodos de crianza similares a los de jaula (las gallinas permanecen encerradas en naves, sin acceso al exterior) salvo que no están enjauladas.
Sin embargo, esta diferencia no supone un gran avance en su bienestar animal, porque estas gallinas –cuyos huevos se distinguen con el número 2- siguen sin poder acceder al exterior en ningún momento de sus vidas.
Esta circunstancia (el hecho de que estén encerradas día y noche, pero libres para poder andar dentro del gallinero) complica la crianza, pues las gallinas son extremadamente jerárquicas y las dominantes suelen impedir o dificultar el acceso al agua y alimento a las más débiles o sumisas.
Estos comportamientos se producen más frecuentemente cuando no tienen la posibilidad de salir al exterior para distraerse y dar rienda suelta a sus instintos.
En el caso de las granjas avícolas de suelo –también denominadas libres de jaula- el establecimiento de los ciclos diurnos y nocturnos y de las estaciones del año sólo puede tratar de imitarse de forma artificial mediante la luz y la climatización. Por ello, a veces son inevitables las peleas o picajes entre congéneres (o incluso el auto picaje).
Asimismo, la concentración de aves sueltas –y el que en ningún momento abandonen el gallinero- puede dificultar la observación y el tratamiento del granjero, por ejemplo, a la hora de identificar y retirar los animales muertos o bien prevenir algún brote patológico.
Granjas avícolas camperas
La principal característica de las granjas avícolas camperas, categoría a la que pertenece Pazo de Vilane, es el acceso al aire libre todos los días por parte de las gallinas.
La segunda diferencia es una menor densidad de aves por establecimiento avícola. A pesar de que las granjas camperas –reconocerás sus huevos por el código 1 impreso en la caja- representan el 32% de las granjas avícolas españolas, solamente alojan al 8% de gallinas.
La legislación no establece qué condiciones deben cumplir los parques exteriores (por ejemplo, tener o no vegetación, o incluso con qué frecuencia deben salir) pero sí el número de metros cuadrados mínimos por gallina, que es de 4m2.
En el caso de Pazo de Vilane, y dadas las excepcionales condiciones climáticas de la comarca de A Ulloa (Lugo), donde nos encontramos, nuestras gallinas gozan de pastos verdes todo el año, incluso en los días más calurosos del verano, gracias al régimen de lluvias gallego y a las sombras de los árboles con los que repoblamos los terrenos todos los años.
En Pazo de Vilane aplicamos otra norma no especificada en la legislación de granjas avícolas camperas: nuestras gallinas salen a los prados frescos todos los días, y permanecen fuera el mayor número de horas posible (en primavera y verano, cuando los días son más largos, alcanzamos el máximo).
Únicamente permanecen en los gallineros si las condiciones climatológicas excepcionalmente no acompañan, por ejemplo, una nevada o una fuerte lluvia. Tampoco, por otra parte, les gusta a las aves salir al exterior en esas circunstancias y prefieren quedarse recogidas.
Como ves, y a pesar de que en todas ellas viven pollos o gallinas, hay muy distintos tipos de granjas avícolas y con claras diferencias si atendemos a la calidad de vida de los animales en unas y otras.
Por ello, te animamos a apoyar el modo de cría más respetuoso con el bienestar animal de las gallinas. Es sencillo, tan sólo debes ejercer tu decisión de compra de modo responsable y elegir sólo huevos con código 1, que han sido puestos por gallinas que reciben los mejores métodos de crianza, acordes a sus instintos naturales.
www.aseprhu.es/el-sector-espanol-del-huevo/
www.rtve.es/noticias/20180402/93-gallinas-ponedoras-viven-enjauladas-espana/1707260.shtml
www.pueblosvivoscuenca.es