Seguramente te habrás dado cuenta de que el precio de los huevos camperos es superior al de los huevos de jaula o al de los procedentes de gallinas de suelo.
Y aunque a priori te pueda parecer que estás pagando un poco más por el mismo producto, queremos demostrarte que no es así, y que merece la pena cada céntimo que pagas.
El precio final de un huevo campero está directamente relacionado con sus costes de producción: cuesta mucho más producir un huevo campero que uno de jaula o de suelo; por eso tienen un precio mayor, pues de otra manera las granjas de campero no seríamos sostenibles ni rentables, ni por tanto podríamos mantener nuestro producto a largo plazo, ni el empleo que generamos.
Además, te adelantamos que los protocolos exclusivos de cuidados de gallinas en libertad que aplicamos en Pazo de Vilane implican un mayor empleo de mano de obra y de las mejores materias primas; esto trae aparejado, en consecuencia, un coste más elevado.
Conozcamos más a fondo todos estos procesos, por qué implican mayores costes y cómo repercuten en el precio de la docena de huevos camperos.
El coste de mantener granjas pequeñas eleva el precio de los huevos camperos
En Pazo de Vilane sólo tenemos gallineros pequeños, porque esto implica un mayor control del comportamiento de las aves: podemos vigilar si todas acceden por igual al alimento y al agua, o si muestran algún síntoma incipiente de enfermedad o de malestar.
También, el hecho de que nuestras gallinas vivan en gallineros pequeños nos facilita “tener a raya” a las dominantes del grupo para que no se impongan con peleas a las sumisas, algo muy habitual en estas aves.
Naturalmente, tener muchas granjas pequeñas es más caro que una única granja grande: supone más edificaciones, más cuidadores o granjeros, mayores costes de electricidad, más desplazamientos para la recogida de los huevos… Lo que finalmente incide en el precio de nuestros huevos camperos.
No olvidemos que en este apartado también tenemos que sumar la amortización de las fincas o tierras donde se asientan las granjas y su mantenimiento.
El pastoreo de las gallinas es más caro… pero merece la pena
Uno de los sobrecostes más claros que asumimos las granjas de gallinas camperas respecto a las de gallinas de jaula o las de suelo es el pastoreo, que es precisamente uno de los factores más importantes de la calidad de nuestro huevo y lo que lo define.
Las gallinas de Pazo de Vilane pastorean a diario, todos los días del año, en los pastos siempre verdes de nuestras fincas de la comarca de A Ulloa en Galicia.
Cada gallina disfruta de más de 4m2 de prados, un espacio más que considerable para el desarrollo de sus instintos naturales.
En las extensas hectáreas de terreno verde del Pazo picotean, aletean y corretean, disfrutan del sol y del aire libre, buscan insectos, florecillas y hierbas que añaden a su dieta basada en pienso de cereales y leguminosas…
Todos estos nutrientes se incorporan al huevo, lo que le da una mejor consistencia y un sabor natural; por eso es un alimento de mucha más calidad.
Ahora bien, estas fincas, y su uso y mantenimiento diario, implican un coste añadido, lo que repercute en el precio del huevo campero.
Además de su amortización por la inversión inicial, los pastos exigen cuidados constantes a lo largo del año: resiembras con semillas -las gallinas picotean y hay que repoblar la hierba para que no la esquilmen- siegas periódicas, etc.
Afortunadamente en Galicia, y más concretamente en la Ulloa, comarca donde se ubica Pazo de Vilane, el agua no es problema, pues el clima es húmedo y templado, incluso en verano, lo que favorece la fertilidad de nuestras tierras y la cría de gallinas camperas.
Por eso nuestras aves acceden a pasto fresco todo el año y no pierden el apetito debido a las altas temperaturas, a diferencia de lo que ocurre en otras regiones españolas, donde el calor y la sequedad es un problema en los meses más calurosos.
Por ello, nuestros huevos mantienen en verano todos sus nutrientes. Por el contrario, las gallinas que pasan calor beben más agua y, en consecuencia, sus huevos se vuelven más acuosos, con mayor porcentaje líquido.
Asimismo, nuestras gallinas comen más cantidad de pienso en los meses más fríos respecto a las gallinas de jaula y las de suelo, por el ejercicio diario y porque necesitan más calorías para hacer frente al contraste entre el calor del gallinero y el fresco exterior.
Esto también supone un mayor coste para Pazo de Vilane e incide en el precio de la docena de huevos camperos, pero el disfrutar de la luz solar y el aire libre, un factor de su bienestar animal, es para nosotros una condición de crianza imprescindible.
Asimismo, hay otros dos costos productivos más asociados al pastoreo.
Por un lado, el del granjero que debe estar presente en los paseos de sus gallinas por los pastos, a fin de defenderlas de raposos, aves rapaces y alimañas en general. Por otro, el del transporte interno de recogida de los huevos, que implica el combustible de varias furgonetas que hacen una ruta diaria por todas nuestras fincas.
Por el contrario, en las grandes granjas de huevo de jaula o huevo de suelo, donde las gallinas permanecen confinadas toda su vida, no se generan estos costes.
La alimentación: sólo el mejor pienso
La alimentación de nuestras gallinas, basada en un pienso especialmente formulado para Pazo de Vilane, supone uno de nuestros mayores costes de producción. Pero no estamos dispuestos a regatear en la calidad del alimento que reciben nuestras aves.
Las gallinas camperas de Pazo de Vilane sólo reciben los mejores cereales y leguminosas que encontramos en el mercado, tanto en calidad como en cantidad, pues comen a demanda.
Además, variamos la composición del pienso en función de las semanas de edad que tengan nuestras gallinas (según sean jóvenes o adultas) pues tienen requerimientos nutricionales diferentes.
Y aunque en los últimos tiempos se han disparado los costes de cereales y leguminosas, no vamos a rebajar su calidad; seguiremos adquiriendo el mejor pienso. Esto también es un principio inamovible de Pazo de Vilane, porque la salud de nuestras gallinas es lo primero.
Calidad alimentaria y sanitaria, un coste muy necesario
Como es lógico, cumplimos exhaustivamente los estrictos protocolos que establece el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, recogidos en los Programas Nacionales de Control (PNC), que todo criador de gallinas ponedoras debe obligatoriamente adoptar para evitar la salmonelosis y otras enfermedades toxico-alimentarias.
Pero además en Pazo de Vilane tratamos de mejorarlos con controles veterinarios y precauciones higiénicas adicionales. Igualmente, estamos sometidos a dos certificaciones de calidad en seguridad alimentaria, la IFS, auditada y certificada por AENOR, y Galicia Calidade, marca de calidad de la Xunta de Galicia.
Todo ello conlleva un coste extra que asumimos con gusto porque merece la pena.
Los costes de clasificado y empaquetado también inciden en el precio de los huevos camperos
Como ya hemos mencionado anteriormente, nuestros granjeros recogen los huevos en cada finca y los preparan para que los chóferes los recojan inmediatamente y los lleven al Almacén central.
Eso no ocurre en las grandes granjas de gallinas de jaula o de suelo, donde toda la producción es recogida y transportada automáticamente a través de cintas mecanizadas, es decir, apenas interviene la mano humana.
Una vez llega la producción diaria a nuestra Sala de clasificado y empaquetado, los operarios del Almacén de Pazo de Vilane clasifican los huevos (apartan los que tienen alguna plumita o restos de suciedad, que se descartan para la venta al público y van destinados a la industria alimentaria) y los van guardando en nuestras cajas de cartón de la gallinita, cuyo montaje es completamente manual.
Por supuesto, esto conlleva unos costes en personal más elevados, pero nos parece la mejor forma de cumplir uno de los objetivos con los que nació Pazo de Vilane: ayudar a vertebrar económica y socialmente la comarca de la Ulloa, proporcionando trabajo estable a los jóvenes de la zona.
Actualmente, Pazo de Vilane da empleo directo a más de 40 personas; por el contrario, las grandes granjas, pese a su tamaño, están mucho más mecanizadas, y no ofrecen tantos puestos de trabajo.
También nuestra caja de cartón, elaborada con un material mucho más respetuoso con el medio ambiente que el plástico, tiene un coste más elevado, lo que eleva el precio de nuestra docena de huevos camperos, pero lo asumimos porque forma parte de nuestros valores: defensa de lo artesano, naturalidad, reutilización y cuidado del medioambiente, entre otros.
Como ves, son muchos los factores que influyen al alza en el precio de los huevos camperos. Sin embargo, creemos firmemente que merece la pena pagar un poco más por defender una producción más sostenible, que garantiza el bienestar animal de las gallinas, y que procura un mejor futuro para todos, tanto en el plano económico como en el social y medioambiental.
Eligiendo nuestros huevos camperos y abonando ese pequeño extra contribuyes a que logremos ese mejor mañana para las generaciones venideras.
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