Pazo de Vilane: una historia de esfuerzo, lucha, perseverancia, imaginación, amor e ilusión (II)

Con una visión cercana al ser humano y a la naturaleza, al cuidado del medio ambiente y de los animales, Pazo de Vilane trabaja no solo para llevar sus productos al consumidor sino también por transmitir su filosofía, sus ideales y las tradiciones y cultura gallegas.

Sin embargo, como todo sueño, como todo anhelo, el camino no fue fácil y los comienzos fueron muy duros. Empezamos con 50 gallinas, ahora contamos con 80.000 y sin ayuda de ningún tipo. A finales de los noventa nadie apostaba por invertir esfuerzos y dinero en el campo, porque era un sector en depresión. Ahora somos 24 trabajadores.

Durante mucho tiempo, mi hermana Nuria se levantaba a las 4 de la mañana para realizar el reparto de los huevos, los envasaba y pateaba las oficinas de los directores de bancos. Más adelante, cuando las ventas empezaron a crecer se embarcó en la construcción de cuatro naves de producción y llegó con nuestro producto estrella el huevo de gallina en libertad a las grandes superficies de toda España, compitiendo con empresas grandes y multinacionales del sector.

Detrás hemos estado siempre toda la familia, en las duras y en las maduras, cuando había voces derrotistas o cuando parecía que había que abandonarlo todo. La primera nuestra madre, que siendo una mujer educada en la ciudad enseguida se adaptó con alegría y entusiasmo a la vida del campo y de la aldea.