Siempre es buena idea consumir huevos en el desayuno, la comida y la cena, porque están llenos de nutrientes muy saludables que, entre otras cosas, ayudan a reforzar el sistema inmunológico. Sin embargo, a medida que pasan los días desde su fecha de puesta, pierden calidad y aportes nutricionales. Por eso es tan importante saber elegir los huevos más frescos y conocer todas las indicaciones para conservarlos durante más tiempo.
Siempre en comercios autorizados
En primer lugar, y antes de nada, para comprar huevos frescos es absolutamente necesario hacerlo en comercios autorizados, nunca a personas sin los debidos permisos o en tiendas no reguladas. El adquirir huevos de procedencia desconocida nos puede acarrear serios problemas: desde pérdida de propiedades nutritivas o culinarias hasta salmonela.
La falta de regulación no es sinónimo de mayor frescura o calidad
Según aconseja Nuria Varela-Portas, directora general de Pazo de Vilane: “asegúrate siempre de conocer todas las referencias acerca de cómo se han producido esos huevos, su fecha de puesta y de caducidad. Sólo así reconocerás los huevos frescos. Es obligatorio que estos datos figuren bien claros en el envase y cáscara de los huevos”.
Por otra parte, y aunque por huevos frescos entendemos aquellos recién puestos o con pocos días, notarás considerablemente el aumento de calidad del producto si eliges huevos camperos bien producidos.
Definitivamente, la manera de producir los alimentos influye en su calidad y sabor.
En Pazo de Vilane procuramos el máximo bienestar de todas nuestras gallinas camperas (libertad en pastos verdes todo el año, aire libre, alimentación y cuidados esmerados en el gallinero…) por eso nos devuelven todos esos favores en forma de riquísimos huevos.
¿Qué influye en la frescura del huevo?
Un huevo es fresco o no en función de los días que hayan transcurrido desde su puesta y estado de conservación.
Es importante guardar los huevos en la nevera –en cuanto llegues de la tienda- o en un lugar alejado de fuentes de calor (cuando no dispongas de frigorífico).
La clave para que un huevo mantenga su frescura es su propia barrera natural: la cáscara.
El complejo sistema de nanoestructuras externas, membranas y cámaras de aire que la conforman constituyen la mejor protección que pudiera imaginarse para la clara y la yema.
De hecho, la llamada cutícula de la cáscara –la parte dura, formada por proteínas- es porosa (al microscopio tiene el aspecto de una esponja) y facilita el intercambio de gases, pero no el paso de microorganismos.
Las dos membranas que se pueden observar en la cara interna de la cáscara están siempre en contacto en toda la superficie del huevo, salvo en la cámara de aire, ubicada en la base o parte ancha del huevo, punto donde se separan levemente y de manera creciente a medida que pasan los días tras la puesta.
¿Mis huevos siguen frescos?
El índice de frescura de un huevo se mide en laboratorio por la altura de la cámara de aire y por la separación de las membranas respecto a la cáscara. A mayor altura y separación, menos frescos son los huevos.
En el ámbito productivo se emplean las unidades Haugh, que indican la calidad interna y la vida útil del huevo. A mejor puntuación, mayor frescura.
Ahora bien, en cualquier momento y en tu casa puedes comprobar si tus huevos están frescos a través de dos sencillas pruebas:
- La prueba de flotación. Llena un vaso de agua y deposita dentro el huevo, con cuidado. Si cae al fondo, puedes comer el huevo con total tranquilidad, pues está fresco. Si se queda en medio, está perdiendo frescura; si flota, no es un huevo fresco.
El motivo de que flote es que a medida que envejece va introduciéndose aire en su interior, porque su cáscara se deteriora y sus membranas se despegan, aumentando la cámara de aire.
- La localización de la chalaza en el huevo cascado. Sobre un plato, observa si todavía cuenta con la chalaza, un cordón gelatinoso de color blanquecino pegado a la yema cuya función es mantenerla en el centro del huevo. Lo distinguirás bien porque destaca frente al amarillo intenso de la yema y la gelatina transparente de la clara. La chalaza es signo inequívoco de que el huevo está muy fresco.
Por último, ante cualquier mal olor, desecha inmediatamente el huevo.
Cómo conservar los huevos frescos más tiempo
Lo importante es que, una vez refrigerados, no experimenten vaivenes en su temperatura. Asimismo, manipula siempre los huevos con las manos y utensilios de cocina bien limpios. Si los huevos son frescos, adquiridos en un comercio de confianza, y has velado por su conservación, no tienes nada que temer.
Y es que en España rigen los Programas Nacionales de Control (PNC) de salmonela, del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, cuyos, protocolos y controles se actualizan cada año. En ellos están recogidos los procedimientos que necesariamente deben seguir los granjeros de gallinas ponedoras. Desde que se implantaron estos programas, se redujeron considerablemente las toxiifecciones alimentarias en nuestro país.
Las cinco mejores acciones para mantener tus huevos frescos
Aunque en anteriores ocasiones ya te hemos proporcionado nuestros mejores consejos para conservar huevos, queremos explicarte los cinco mejores comportamientos que puedes adoptar para mantener tus huevos frescos el mayor tiempo posible.
Atención a la hora de la compra
Busca la caja de huevos camperos con fecha de puesta más reciente cuando vayas a la compra, al igual que haces con la ropa cuando eliges la talla. Tendrás más días para disfrutar de tus huevos bien frescos.
Adopta la mayor higiene, pero sin pasarse
Es decir, lava bien tus manos y uñas antes de manipular los huevos y mantén las encimeras de cocina y todos los utensilios bien limpios y desinfectados, pero no es buena idea lavar los huevos y guardarlos en el frigorífico. Eliminarás parte de las propiedades de su mejor barrera natural: la cáscara.
Elige huevos con cáscaras limpias
¿Te has fijado en que los huevos camperos de Pazo de Vilane llegan al mercado libres de residuos como barro o restos de heces? Eso es por el cuidado que ponemos en los nidos, los lugares donde ponen cada mañana las gallinas, situados en el interior de los gallineros. Precisamente por eso, no dudes en rechazar huevos de marcas cuyas cáscaras estén habitualmente sucias, pues pueden ser una fuente de patógenos.
Los huevos sucios no son más frescos ni más «naturales», como mucha gente cree. Por el contrario, son síntoma claro de una crianza muy descuidada y con falta de higiene por parte del granjero.
Guarda los huevos en su estuche
Los protegerás de cambios de temperatura en la nevera. No los alojes en las hueveras de plástico de la puerta.
Consume cuanto antes las recetas con huevo crudo
Como las mayonesas o el tartar, o aquellas en las que el huevo está cocinado a baja temperatura, incluso aunque cocines con huevos muy frescos. Asimismo, guarda en el frigorífico los pasteles que lleven cremas, las natillas o salsas con huevo y consúmelos dentro de las 24 horas siguientes.
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