Es sabido que una dieta saludable, controlada siempre por un médico, es fundamental para lograr un óptimo tratamiento y buena calidad de vida del enfermo de diabetes. En general, y salvo casos concretos que debe determinar el facultativo, los huevos y la diabetes suelen ser buenos aliados, pues proporcionan proteínas sanas y fácilmente asimilables, muchas vitaminas y minerales y pocas grasas, justo el tipo de nutrientes que necesita un diabético. Además, contiene muy pocos hidratos de carbono o azúcares.
La diabetes es una enfermedad crónica producida por una alteración o defecto en el páncreas que causa una segregación inadecuada de la hormona insulina, encargada a su vez de regular la cantidad de glucosa presente en la sangre. Por ello esta patología provoca un mal procesamiento de los hidratos de carbono (es decir, los glúcidos y azúcares) y, por tanto, es grave si no se trata adecuadamente.
En el caso de la diabetes, tanto si es de tipo 1, tipo 2 o cualquier otro, el médico es el único encargado de controlar los niveles de azúcar en sangre no sólo a través de un tratamiento a base de insulina inyectada u oral, sino de una dieta y un régimen de actividad física para cada persona, a fin de lograr un peso saludable y una ingesta equilibrada de los distintos nutrientes.
Por tanto, el número de huevos y su presencia en la dieta de un diabético deberán ser establecidos expresamente por el médico especialista, en función de las condiciones expresas de cada paciente.
Ahora bien, como norma general, y según la Fundación Diabetes, el huevo es un buen alimento para la diabetes por sus magníficas propiedades nutricionales, principalmente por sus proteínas de alto valor biológico (son fácilmente absorbibles por el organismo) y gran cantidad y variedad de vitaminas y minerales.
De todo el rico espectro de nutrientes del huevo, esta Fundación destaca las proteínas, la vitamina B12, la vitamina B2 y la niacina o vitamina B3 (aportan más del 80 % de las cantidades diarias recomendadas).
Por ello, este organismo recomienda en términos generales “un consumo de 3 a 4 huevos por semana”, siempre sujeto a la supervisión y aprobación médica particular, como es lógico.
Por otro lado, aconseja consumir el huevo cocinado y evitar preparaciones con huevo crudo para facilitar la absorción de micronutrientes y la asimilación de las proteínas.
Los huevos en el desayuno ayudan a controlar la diabetes
Un reciente estudio de la University of British Columbia (Canadá) demostró que sustituir el típico desayuno occidental (generalmente formado por tostadas, avena, cereales, bollería, es decir, con elevados porcentajes de azúcares e hidratos de carbono) por un desayuno basado en huevos –mayoritariamente proteínas- contribuye notablemente a mejorar los índices glucémicos en los enfermos de diabetes y “quizá también a minorar otras complicaciones motivadas por la diabetes”.
Según los investigadores canadienses, el desayuno es la comida más crítica para un diabético del tipo 2, pues es la que suele conducir a los mayores picos de azúcar en sangre. Sin embargo, el aporte de proteínas y de grasas saludables a primera hora puede reconducir esta situación.
En el experimento los participantes siguieron dos dietas diferentes con una única variante: la composición del desayuno. El primer día desayunaron una tortilla; al día siguiente, avena y algo de fruta; en ambos casos las comidas y cenas fueron idénticas. Además, fueron monitorizados constantemente para establecer no sólo los niveles de glucosa, sino sus índices de hambre, saciedad y deseos de comer algo dulce.
Los resultados determinaron que este tipo de desayuno basado en huevos evitaba el pico de azúcar en sangre posterior y, además, proporcionaba lecturas de glucosa mucho más estables durante las siguientes 24 horas. “Esto es algo muy positivo –apuntaban los investigadores- pues sabemos que las grandes oscilaciones de azúcar en sangre son perjudiciales para nuestros vasos sanguíneos, ojos y riñones”.
Además, añadían que los resultados “sugieren beneficios potenciales de alterar la distribución de macronutrientes a lo largo del día; esto es, que se restrinjan los carbohidratos en el desayuno y se haga un almuerzo y una cena equilibrados, en lugar de distribuir uniforme y moderadamente los carbohidratos a lo largo del día.»
Por cierto, otro aspecto interesante de esta investigación es que los participantes observaron que gracias a este desayuno basado en huevos disminuía su sensación de hambre antes de las comidas, así como los “antojos” de alimentos dulces.
Por tanto, esto indica que introducir huevos en el desayuno podría ser beneficioso para cualquier persona, especialmente para mujeres embarazadas y niños, no sólo para las que padecen diabetes.