Te presentamos estos exquisitos Huevos Villaroy que puedes llevar a tu mesa como un segundo plato imponente o incluso como un aperitivo espectacular en una cena de picoteo.
Los Huevos Villaroy son de esos platos que en Pazo de Vilane denominamos “valor seguro”: gustan a todo el mundo y vuelan de la fuente en cuanto los sacas a la mesa.
No te olvides de hacer una buena tanda cuando los prepares. Puedes congelarlos (rebozados, pero sin freír) y sacarlos siempre que te encuentres en un apuro: unos invitados inesperados o unos niños hambrientos que llegan del parque a la hora de cenar, por ejemplo. ¡Los devorarán!
También, si haces muchos y te sobran, puedes guardarlos en un recipiente hermético en la nevera. Aguantan muy bien hasta 3 días.
Para recalentarlos ya fritos, deja que atemperen y vuélvelos a pasar apenas unos instantes por aceite bien caliente. Verás cómo están igual de jugosos que el primer día.
Variaciones y acompañamientos de los huevos villaroy
- Esta versión que te proponemos es la más sencilla, pero está de chuparse los dedos: se basa únicamente en una salsa bechamel espesa y un empanado ligero.
- Si te apetece darle un toque especial, puedes remitirte a los orígenes de esta receta e introducir una reducción de champiñones.
- Tritúralos bien finos y hazlos a fuego muy lento en mantequilla, con un chorrito mínimo de vino blanco.
- Añádelos a la bechamel cuando hayan soltado todo su jugo y estén bien reducidos.
- Otro truquito: acompaña estos riquísimos Huevos Villaroy con una salsa de tomate casera o una española... No te arrepentirás.
- Como se trata de una receta “contundente” (y muy celebrada por los más pequeños de la casa, por cierto) unas verduritas o una buena ensalada como acompañamiento será suficiente para que tengas un plato muy completo.
Ingredientes
- 8 huevos camperos Pazo de Vilane
- Para la bechamel: ½ litro de leche entera
- 40 g de mantequilla
- 40 g de harina de trigo
- 1 pellizco de sal
- 1 pellizco de nuez moscada
- 1 pellizco de pimienta
- Para el rebozado: 150-200 g de pan rallado
- 1 huevo campero Pazo de Vilane
- 1 chorrito de aceite de oliva o de girasol para freír
Elaboración
- Para elaborar la bechamel, funde la mantequilla a fuego lento-medio en una cacerola y añade la harina de golpe. Remueve con unas varillas o cuchara de madera y deja que coja color sin quemarse.
- Añade la leche y la sal, la pimienta y la nuez moscada. Remueve sin parar (vigila el fuego para que no se pegue) y deja cocer hasta que esté bien ligado.
- Retira y deja reposar hasta que la bechamel esté totalmente fría.
- Mientras, cuece los huevos. Retira a los 5 minutos a partir del primer hervor, para que la yema quede bastante líquida. En caso de que te gusten más cuajados, déjalos más tiempo, hasta 10 minutos.
- Sácalos, enfríalos (sumergiéndolos en agua) y pélalos.
- En una bandeja forrada de papel de hornear y con un pelín de aceite -para que te sea más fácil manejarlos- ve poniendo cucharones de bechamel. Coloca un huevo en cada montón y luego tápalos con una nueva capa de la salsa bien espesa.
- Dales forma ligeramente con una cuchara y llévalos a la nevera una hora o dos, para que endurezcan. Así te será más fácil manipularlos después.
- Para el empanado, bate un huevo en un plato amplio y calienta un chorro generoso de aceite para freír.
- Asimismo, echa pan rallado (mejor si es casero) en un plato o fuente, hasta formar una capa uniforme.
- Sumerge cada huevo villaroy en huevo y luego en el pan. Dale dos pasadas si lo ves necesario, hasta que tengas un empanado bien compacto.
- Ve friendo en tandas pequeñas, vigilando muy bien la temperatura para que no se te queme el empanado. Deben quedar crujientes por fuera y melosos por dentro.
- Colócalos sobre una fuente con papel absorbente para que escurran. Sírvelos todavía calientes.