Si algo tienen los huevos camperos es que dan un juego increíble en la cocina. ¡Pocos ingredientes son tan versátiles! Lo comprobarás en cuanto pruebes los huevos encapotados, a los que podríamos llamar primos hermanos –verdaderamente exquisitos- de las croquetas, pero mucho más jugosos.
A los niños les encantan los huevos encapotados, y como es un plato rotundo y nutritivo, que se puede preparar con antelación (a falta de la fritura final), te soluciona fácilmente una cena como plato único.
En el Pazo, cuando tenemos antojo de huevos encapotados, preparamos bastantes y aprovechamos para congelar una buena remesa. Así, otro día, cuando estamos perezosos y no queremos liarnos en la cocina sólo tenemos que calentar aceite, freír… y servirlos bien calientes. ¡Están deliciosos!
5 trucos infalibles para conseguir unos huevos encapotados perfectos
- La bechamel debe ser bastante espesa. Cuando se enfríe deberá tener una textura bien sólida.
- Fríe bien los huevos, de manera que la clara quede cuajada, pero la yema líquida, para que, más tarde, al romper el huevo encapotado, se derrame deliciosamente por todo el plato.
- Si tienes aros de emplatar te será mucho más fácil formar los huevos encapotados. Elígelos del tamaño adecuado (ten en cuenta que deben alojar un huevo frito en su interior).
- Hay quien hace los huevos encapotados con un huevo cocido. En el Pazo preferimos los fritos por la jugosidad que le da la yema líquida… Pero lo dejamos a tu elección.
- No tengas prisa al hacer los huevos encapotados. Es necesario dejarlos enfriar un tiempo en la nevera –hasta que tengan la textura adecuada- antes de rebozarlos y freírlos.
Ingredientes
- 6 huevos camperos Pazo de Vilane (4 para encapotar y 2 para rebozar)
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
- 50 g de mantequilla
- 110 g de harina
- 800 g de leche entera
- 1 cucharadita de sal
- 1 pellizco de pimienta
- 1 pellizco de nuez moscada
- Pan rallado
Elaboración
- Prepara la bechamel. En una cazuela echa la cucharada de aceite de oliva virgen extra y la mantequilla y calienta a fuego lento, hasta que se fundan.
- Incorpora muy poco a poco la harina y mueve con una cucharada de madera.
- Añade una cucharadita de sal, un pellizco de pimienta y un pellizco de nuez moscada.
- A continuación, incorpora la leche templada (no muy fría), con un chorrito fino, y mueve con la cuchara de madera, hasta conseguir una textura muy espesa y sin grumos.
- Deja enfriar en la nevera unos minutos.
- Cuando la bechamel ya esté fría, fríe tantos huevos como comensales. Reserva.
- Ayúdate de unos aros de emplatar o moldes pequeños. Fórralos con papel film ligeramente engrasado con aceite de oliva.
- Monta una capa de bechamel, el huevo frito y otra por encima de bechamel. Tapa con los sobrantes del papel film y lleva los huevos encapotados unas horas al congelador.
- Sácalos y rebózalos en huevo batido y pan rallado.
- Fríe en abundante aceite caliente y sirve enseguida.