Huevos y colesterol: ¿Es bueno o malo comer huevos?

Aunque el mito de los huevos y el colesterol tuvo su origen en una asociación médica norteamericana en los años 70, hoy día la comunidad científica asume que esta creencia original no era correcta, pues partió de una interpretación precipitada y errónea de uno de los primeros estudios sobre el colesterol.

Desde que el colesterol se descubrió en 1769 por parte de un anatomista francés, ha sido objeto de muchos estudios científicos, sobre todo a partir de los años 50 del siglo XX. 

Gracias a estos esfuerzos, en la actualidad conocemos mucho mejor la función que desempeña el colesterol en nuestro cuerpo, cómo se asimila, cómo se produce y qué tipos existen.

En primer lugar, es bueno aclarar que el colesterol es un lípido necesario para nuestra salud: forma parte de las membranas de nuestras células y es imprescindible para la formación de hormonas y el metabolismo de la vitamina D. Además, es determinante para la absorción del calcio y los ácidos biliares.

Ahora bien, este lípido debe estar presente en nuestro cuerpo dentro de unos límites recomendados (que varían según se trate de un niño, un joven, un adulto, una mujer embarazada o un anciano).

El colesterol presente en el huevo no se absorbe

También sabemos por estudios recientes que el colesterol de los alimentos que consumimos repercute sólo en parte en nuestros niveles en sangre, porque está esterificado, y nuestro cuerpo absorbe mejor el colesterol libre o no esterificado. 

Por tanto, una buena parte del colesterol que ingerimos ni se asimila ni se metaboliza, se expulsa.

Debemos tener claro que nuestro cuerpo “fabrica” la mayor parte del colesterol que utiliza, y aunque no comiésemos alimentos con colesterol, lo produciríamos y absorberíamos igualmente. En definitiva, los científicos creen que sólo una pequeña parte del colesterol de la dieta es absorbido por el intestino, y que influye mucho más la grasa saturada o trans sobre los niveles de colesterol en sangre que el propio colesterol de los alimentos.  

El ejercicio físico es básico para mantener a raya el colesterol.

Verdades sobre los huevos y el colesterol

  • Los huevos sí contienen colesterol, pero no llegamos a absorberlo en su totalidad: lo eliminamos en un significativo porcentaje. 
  • Los huevos también son ricos en fosfolípidos, especialmente lecitina, un nutriente que impide esa mínima absorción que podría llegar a darse. Por tanto, no es cierto que consumir huevos haga subir el colesterol.
  • Tampoco comer un huevo al día aumenta el riesgo cardiovascular porque, aunque este alimento contiene grasas, son saludables, del tipo HDL, precisamente las que hacen descender la presencia de las grasas malas o LDL en nuestras arterias.
  • Para avalar esta creencia científica en enero de 2014 la Fundación Española del Corazón emitió un comunicado en el que aseguraba que no es necesario restringir la ingesta de huevos en la dieta de las personas sanas.
  • Además, gracias a la leucina, un aminoácido que propicia la sensación de saciedad, el huevo te ayuda en las dietas para reducir peso. No hay que olvidar que la obesidad sí es uno de los principales riesgos reconocidos de accidente cardiovascular. 
  • Principalmente debes tener mucho cuidado con las grasas trans y saturadas, que se esconden en infinidad de alimentos procesados: embutidos industriales, bollería (también galletas), platos precocinados, salsas, patatas fritas, condimentos… Este tipo de grasas se absorben sin límite por nuestro organismo, y el hígado las transforma tanto en colesterol como en triglicéridos, que posteriormente se depositarán en nuestras arterias. 
Huevos revueltos, salmón y tomatitos, una sana combinación anticolesterol

Cómo comenzó el mito de huevos y colesterol

¿Podría pedírsele más al huevo? Difícilmente. Es un alimento saciante, con pocas calorías, que previene numerosas enfermedades debido a sus saludables nutrientes, y que puede prepararse de mil maneras (aunque debes evitar las menos saludables).

Pero, entonces, ¿por qué hay gente que todavía cree que es malo comer muchos huevos a la semana? ¿Cómo empezó el mito huevos y colesterol?

Hoy en día hablamos de este lípido, presente en tejidos y sangre, con total naturalidad, pero tiene una historia relativamente breve. A finales de los años 40 nadie había oído hablar de este “enemigo número 1” de la salud, pues a la población mundial le preocupaba bastante más librarse de la malnutrición y los estragos causados por la II Guerra Mundial.

Sin embargo, hacia los años 70 se alcanzaron las primeras evidencias de la relación entre el colesterol y las enfermedades coronarias. Se descubría que la primera variable era el colesterol presente en la sangre y, la segunda, la hipertensión arterial.

Y aquí vino el primer error: se asumió que todo alimento con colesterol era peligroso porque se interpretó equivocadamente que se sumaba al producido por el organismo. 

Para colmo, en 1973 -y para terminar de apuntalar este falso mito sobre los huevos y el colesterol- la American Heart Association (Asociación Americana del Corazón) haciendo una lectura precipitada de los estudios con que se contaba hasta la fecha, recomendó limitar la ingesta de huevos a un máximo de tres por semana.

Otros alimentos sanísimos pero injustamente acusados de provocar colesterol

En esta injusta guerra todas las grasas (las buenas y las malas) cayeron en el mismo “saco de alimentos prohibidos”. Además de los huevos, también se sospechó de otros tan beneficiosos como el aceite de oliva virgen extra o el pescado azul.

Igualmente, en estos mismos años se cometieron serios errores nutricionales, y millones de niños fueron suplementados o directamente alimentados con leche artificial porque, según algunos estudios, ésta aportaba más nutrientes y beneficios que la leche materna.

Afortunadamente, todos estos mitos se han superado, si bien todavía andamos recuperándonos del daño causado al huevo, un alimento sanísimo, rico y barato.

A la vista de los estudios científicos recientes, fue un error asociar huevos y colesterol durante tantos años. Millones de personas perdieron las ventajas de un alimento rico en proteínas de alto valor biológico y un perfil de aminoácidos esenciales casi ideal para el ser humano.

De hecho, la Fundación Hipercolesterolemia Familiar recomienda hasta 7 huevos a la semana para la población general y de 3 a 4 en el caso de las personas con colesterol alto (podrían consumir más claras si quisieran). La propia organización insiste en que “no se debe renunciar al consumo de huevo sin una causa justificada, ya que constituye una pérdida nutricional y gastronómica”.

Igualmente, según apunta la Clínica Mayo, una de las más prestigiosas de EEUU, los estudios que en el pasado asociaron un mayor riesgo de enfermedades cardíacas en las personas que consumían a menudo huevos podrían deberse a que este alimento se acompaña frecuentemente con otros ricos en grasas saturadas, como el tocino o las salchichas, o se fríe en grasas no saludables (especialmente en la cultura norteamericana) que sí podrían contribuir a elevar el riesgo cardíaco. 

La misma institución asegura que comer 7 huevos a la semana no sólo no es malo para el colesterol en sangre, sino que podría ayudar a prevenir algunos tipos de accidente cerebrovascular y la degeneración macular, que puede causar ceguera.

Además de las grasas buenas (monoinsaturadas y poliinsaturadas), el huevo también ofrece ácidos grasos Omega-3 –de múltiples beneficios para la salud- y aporta gran cantidad de vitaminas y minerales: vitamina A, vitamina E, riboflavina, niacina, ácido fólico, vitamina B12, biotina, ácido pantoténico, fósforo, hierro, cinc, selenio…

Puedes hacerte una idea de todos sus nutrientes saludables si consultas nuestra Guía definitiva de los nutrientes del huevo y sus beneficios para la salud

Ya te hemos demostrado que el huevo es considerado por médicos y nutricionistas uno de los alimentos más completos que nos proporciona la naturaleza, todo un superalimento.

¡Olvídate de falsos mitos y no olvides incluir a diario huevos camperos de Pazo de Vilane en tu alimentación!

FUENTES

Instituto de Metabolismo Celular

Douglas Laboratories

Fundación Española del Corazón

Clínica Mayo

National Library of Medicine

Scielo

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