¿Has visto alguna vez una gallina pelada o con calvas en su plumaje? La falta de plumas en las gallinas puede deberse a causas totalmente naturales, pero también a distintas anomalías o patologías que conviene tener en cuenta. En Pazo de Vilane somos abanderados del bienestar animal, por eso estamos muy atentos al plumón de nuestras gallinas en busca de pistas que nos hablen de su estado general de salud.
Las plumas de las aves (y las gallinas no son una excepción) cumplen la labor fundamental de proteger y aislar su cuerpo de las condiciones medioambientales adversas: excesivo frío o calor, lluvia, nieve… El manto de plumas que rodea su cuerpo es indispensable para lograr una regulación eficaz de su temperatura corporal, que en las gallinas oscila entre los 40,6 y los 41,9ºC, muy superior a la de los mamíferos.
También la fina capa de plumón interna, junto a la más estructurada de plumas externa, conforman un mullido colchón protector frente a golpes, moretones, infecciones…
Pero hay más. Para el granjero o cuidador de gallinas, el plumaje de una gallina ofrece valiosa información. Un cuidador experimentado observa a diario en busca de gallinas peladas, pues dependiendo del momento en que se encuentre el lote, esto puede no ser una buena señal. Ahondemos más en este asunto.
¿Por qué las gallinas pierden las plumas?
A ningún cuidador de gallinas le gusta encontrar gallinas sin plumas. Ahora bien, hay una excepción a esta norma, y esta es la muda natural.
Muda natural
Cuando las horas de sol empiezan a declinar, en los meses de otoño e invierno, las gallinas que no son estimuladas artificialmente con luz artificial pierden parte de sus plumas en cuello, pecho y lomo. Este fenómeno puede durar unas semanas o algunos meses y es más habitual en las gallinas camperas y ecológicas, pues al salir al exterior a pastar tienen más interiorizados los ciclos estacionales y la diferencia de horas de luz.
Esta muda suele ser ligera, no tan llamativa como cuando es producto de alguna patología, y no debe preocupar en absoluto. Es tan sólo el reflejo de un proceso natural: las gallinas ponen menos huevos en meses fríos y renuevan sus plumas. Es la forma en que descansan y preparan su cuerpo de cara a la primavera, cuando alcanzarán su pico de puesta (y, por tanto, harán un esfuerzo metabólico).
Mala alimentación o nutrición
Si el granjero no cuida la alimentación de sus aves, es muy probable que cada día empiece a ver más gallinas con plumón dañado en su gallinero. Una gallina pelada procede muchas veces de una mala alimentación, bien escasa, bien desequilibrada, incluso totalmente inadecuada.
Antiguamente era común ver gallinas peladas en producciones locales, pues se las alimentaba sólo con los restos de la comida de los dueños. Como podemos imaginar, en esas sobras se incluía casi cualquier cosa, y no se tenía en cuenta el porcentaje de cada nutriente que debe recibir una gallina en cada etapa de su vida.
En efecto, para que las plumas de una gallina se vean sanas (así como el propio animal) hay que buscar un equilibrio en las cantidades de cada nutriente, que variarán en cada etapa, pues no es lo mismo la recría que la época de puesta, por ejemplo.
En cada momento la gallina campera tendrá una necesidad determinada de proteínas, hidratos de carbono, vitaminas, minerales y aminoácidos, pues sus requerimientos metabólicos van modificándose.
Por ello, si el animal sufre carencias en su alimentación, su cuerpo reaccionará prescindiendo de elementos que considera “accesorios”.
Comienzan así las pérdidas de plumaje y la aparición de gallinas sin plumas en el lote.
Picaje entre gallinas
¿Sabías que las gallinas se pican unas a otras cuando perciben que no tienen acceso abundante a alimento y agua? Esta sensación les provoca desasosiego o estrés, que pagan con sus congéneres.
Por tanto, para evitar que las gallinas se peleen entre sí, es fundamental que el granjero garantice en todo momento y de forma constante un adecuado suministro.
En otras ocasiones el llamado picaje se produce porque en el gallinero se ha establecido una mala relación jerárquica, es decir, algunas gallinas dominantes están siendo agresivas con las más sumisas y otras están imitando esas malas conductas.
En este caso, es necesaria una intervención rápida y efectiva del granjero, aislando a los miembros más conflictivos temporal o definitivamente.
Estrés y enfermedades
Asimismo, un ave puede comenzar a perder plumas debido al estrés que le producen las peleas con otros miembros del gallinero, comportamientos ruidosos o molestos por parte del granjero, falta de agua y alimento, o luz excesiva. Todos estos factores estresantes (y otros muchos que el buen cuidador de gallinas debe conocer) pueden ser motivo más que suficiente para que aparezcan gallinas peladas en el lote.
Igualmente, algunas enfermedades de las gallinas pueden reflejarse en el estado general del plumaje. Si en el lote empiezan a surgir muchas gallinas peladas, sin duda es hora de que los veterinarios intensifiquen sus controles en busca de una posible patología.
Gallinas peladas: un indicador del bienestar animal en el gallinero
Los granjeros experimentados se basan principalmente en la observación diaria para determinar el estado de salud de un lote de gallinas.
Es cierto que las distintas técnicas y el desarrollo de la tecnología avícola aplicada ha avanzado enormemente, pero el componente humano sigue siendo imprescindible en la crianza de gallinas camperas.
Sólo el ojo entrenado de un buen granjero, basándose en los distintos indicadores de bienestar animal en un lote, podrá comprobar que se están desarrollándose idealmente, o bien hará “saltar las alarmas” ante un posible brote de enfermedad, estrés, malestar…
Uno de esos claros indicadores de alerta es la presencia de numerosas gallinas peladas en el gallinero.
El que existan aves desplumadas en un lote no debe considerarse como normal o tolerable. Por el contrario, es una señal de que algo no va bien en el gallinero y de que el granjero debe hacer todo lo posible para restablecer el bienestar animal.
Fuentes:
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