El motivo es que el huevo es saciante y nutritivo: aporta numerosos lípidos o grasas saludables, vitaminas, proteínas y minerales.
Pero es que además es rico en colina: un nutriente clave para el cerebro y el sistema nervioso, que juega un papel importante en la regulación de la memoria, la atención y el estado de ánimo.
En estudios científicos se ha demostrado que una mayor presencia en la dieta de colina, un mensajero químico del cerebro, se traduce en un incremento del aprendizaje, mayores habilidades visuales espaciales y una mejora apreciable de la memoria.
Por tanto, en esta época de exámenes online, entrega apresurada de trabajos, EvAUs en tiempos post-Covid19 (y calores y reencuentros con amigos y familiares, que en nada animan al estudio) harías bien en introducir un huevo diario en el desayuno de tus hijos.
Según el National Institutes of Health (EE.UU.), los niños de 9 a 13 años deberían consumir 375 mg de colina diaria, los adolescentes (varones de entre 14 y 18 años), 550 mg, y las chicas de 14-18 años, unos 400 mg.
Para que nos hagamos una idea, dos huevos camperos contienen unos 550 mg de colina.
Desayunar huevos camperos a diario, lejos de ser peligroso, reporta muchos beneficios a los niños. La nutricionista Vanessa García nos indica que entre los expertos “hay cierto consenso en que desde los 12-14 meses se pueden tomar unos 3 o 4 huevos a la semana y, desde luego, los chicos más mayores podrían consumir hasta un huevo diario”.
Lo importante, señala Vanessa García, licenciada en Farmacia y diplomada en Nutrición Humana y Dietética, es que la presencia de huevos camperos en la dieta de niños y adolescentes “se produzca en el contexto de una alimentación equilibrada en la que predominen las verduras, hortalizas, frutas y legumbres”.
Para esta experta un desayuno ideal para un estudiante debería incluir “una proteína, por ejemplo, un huevo, alternado con fiambre bajo en grasa, o un lácteo, pan en tostadas, cereales, una fruta o un zumo natural, mermeladas o miel y una opción grasa rica en Omega 3, como el aceite de oliva”.
3 ideas ricas, fáciles y rápidas para desayunar huevos camperos con tus hijos
Vanessa García da en la clave cuando asegura que el huevo campero, “además de barato, es fácil de cocinar, de combinar con muchos alimentos y de masticar para los más pequeños”. Es cierto, ¡raro es el niño o adolescente al que no le guste el huevo!
Si te has quedado sin ideas, prueba estas tres recetas súper rápidas para desayunar huevos camperos todos los días con tus hijos… Y en 5 minutos. ¡Palabra!
Huevos fritos camperos con fruta variada y tostadas
- Calienta el aceite en una sartén.
- Ve tostando el pan en la tostadora.
- Mientras tanto, trocea la fruta en un cuenco.
- Fríe dos huevos, recoge las tostadas… y a disfrutar.
Huevo a la plancha en tostada sobre cama de tomate y pimiento
- Pon unas gotas de aceite sobre una sartén antiadherente y hazlo a la plancha.
- Mientras, enciende la tostadora e introduce el pan. Aquí hemos empleado de molde, pero una alternativa ideal es el pan casero de masa madre.
- Corta una rodaja de tomate y alguna otra de pimiento verde (puedes también añadir aguacate).
- Sirve todo en un plato, comenzando por la tostada, las verduras y el huevo. Sugerencia: dale color y sabor extra con cebollino u otras hierbas aromáticas.
Tortilla rellena de verduras con soja, tostadas con queso fresco y fruta fresca
1-Bate uno o dos huevos en un cuenco y reserva. En una sartén antiadherente, echa unas gotitas de aceite y caliéntala.
2-A fuego fuerte, saltea las verduras que tengas a mano, cortadas en trozos, y adereza con salsa de soja (sin añadir sal). Reserva en un plato (si por las mañanas no tienes tiempo, puedes hacer este paso la noche de antes y guardarlo en un recipiente en la nevera).
3-Prepara las tostadas en la tostadora. Cuando estén listas, úntalas con queso fresco (puedes añadir mermelada de frambuesa o fresas). Mientras se tuesta el pan, trocea la fruta y colócala en un cuenco.
4-En la misma sartén, arma la tortilla, incorpora las verduras y sírvela inmediatamente.
Los huevos tienen propiedades antimicrobianas e inmunoprotectoras
¿Te sorprenden las ventajas de desayunar huevos camperos?
Pues aún hay más. Ayuda a prevenir la obesidad, lo que es idóneo para niños y adolescentes -más aún tras este período de confinamiento e inactividad forzada, que también les ha afectado a ellos-.
Dado su poder saciante “ayuda a eliminar o reducir el posible picoteo de los niños entre horas”, apunta Vanessa García.
De hecho, “un huevo aporta aproximadamente 76 calorías, lo mismo que una pieza de fruta, y aunque en ciertas dietas se recomienda tomar tortilla elaborada solamente con claras, lo cierto es que juntos –yema y clara- forman uno de los alimentos más completos que podemos tomar a diario”.
También, si tus adolescentes están retomando sus actividades deportivas, el huevo les ayudará a ganar masa muscular, por su aporte en proteínas de alto valor biológico, es decir, “de fácil asimilación por nuestro organismo”.
Por si esto fuera poco, las proteínas de los huevos camperos son “inmunoprotectoras y antimicrobianas, y pueden presentar beneficios sobre procesos de inflamación”.
Todas las virtudes del huevo son bienvenidas, pero, en tiempos post-coronavirus, estas últimas se agradecen aún más. Una buena alimentación es siempre una buena defensa.