La sopa de picadillo es uno de esos platos de cuchara suaves y ligeros que invitan a inaugurar la temporada invernal. Y si no, que se lo digan a nuestros predecesores, que tantas veces han recurrido a ella cuando éramos pequeños. Te podía gustar más o menos, pero lo que estaba claro es que te dejaba el estómago bien calentito, ¡perfecto para volver al colegio con energías renovadas!
Hay muchas formas de elaborar esta receta, sin embargo, todas ellas coinciden en algo: si el pollo es bueno y los huevos camperos son de Pazo de Vilane, el sabor es más auténtico y; por tanto, el caldito ¡todavía más reconfortante! Además, no hace falta tener grandes conocimientos culinarios para prepararla, basta con un poco de disposición y muchas ganas.
De vez en cuando es necesario dejar de lado la modernidad para conectar con nuestras raíces, con los sabores de nuestra tierra, esos que aguantan en el podio de las preferencias familiares, generación tras generación, entusiasmando por igual a padres y a hijos, a abuelos y a nietos. Nuestra sopa de picadillo, sin duda, lo consigue.
Ve abrochándote el delantal, ¡que esto empieza ya!
Te contamos la historia detrás de este puchero andaluz
La sopa de picadillo es una receta de aprovechamiento, algo que su propio nombre indica. Un plato ideal para entrar en calor. Te animamos a conocer su procedencia, leyendo los siguientes párrafos.- Este delicioso puchero encuentra sus orígenes en las zonas rurales del sur de España, en esa época no tan lejana en que las familias dependían de los recursos naturales del campo para poder sobrevivir.
- El término “picadillo” hace referencia a la forma de preparar los ingredientes, aprovechando al máximo la carne del pollo o cerdo, para utilizarla más adelante en la elaboración de un caldo rico y nutritivo, capaz de alimentar a una familia entera.
- La sencillez de esta sopa radica en sus ingredientes: pollo, fideos, huevos camperos… todos ellos alimentos fáciles de encontrar en cualquier hogar sin demasiado poder adquisitivo. Esta sopa se convirtió, así, en una solución práctica para afrontar los meses más duros del invierno.
- Hoy en día, la sopa de picadillo es un plato conocido y apreciado en diferentes partes del mundo, especialmente en algunas culturas de habla hispana, como México, Cuba, República Dominicana… Eso sí, cada maestrillo tiene su librillo y este, habitualmente se adapta a las tradiciones y condiciones de cada lugar, por lo que el resultado final varía ligeramente dependiendo de la zona.
- Nosotros, por supuesto, nos quedamos con la nuestra, con esta receta que libera todo su sabor cuando se emplean huevos camperos del Pazo en el picadillo. Un producto que nos permite viajar en el tiempo a los inicios de este plato, donde todo era real, puro y de una calidad inigualable. Las responsables de que puedas disfrutar tranquilamente de los sabores de siempre son nuestras gallinas ponedoras y nuestro modelo de crianza sostenible que nos ha permitido estar ya en más de 2200 puntos de venta.
Ingredientes
- 6 huevos camperos de Pazo de Vilane cocidos
- 2 litros de agua
- Carcasas de pollo
- 2 cuartos de pollo
- 2 zanahorias
- 1 cebolla
- 100 g de picadillo de jamón serrano
- 120 g de fideos para sopa
- Sal
Elaboración
- Cuece los huevos y resérvalos.
- Prepara el caldo poniendo en una cazuela las carcasas del pollo junto a la cebolla y las zanahorias. Deja que se tuesten un poco en el fondo mientras vas removiendo la cazuela. Vierte el agua y cocina durante al menos 1 hora. Después, sazona al gusto.
- Una vez cocidos, saca los cuartos y deshébralos o córtalos en trozos pequeños. Reserva.
- Cuela el caldo para eliminar restos de vegetales, hasta dejarlo limpio. Ponlo a calentar de nuevo en la cazuela.
- Agrega los fideos y cocina hasta que estén suaves. Termina la elaboración incorporando el picadillo de jamón, el pollo desmigado y los huevos camperos pelados en trocitos pequeños o en rodajas. ¡Esto último va al gusto y preferencia de cada uno!