Desde nuestros inicios, en 1996, una de las mayores preocupaciones de Pazo de Vilane ha sido el cuidado del entorno y la sostenibilidad de los recursos naturales.
Ahora, gracias al avance de las técnicas medioambientales, estamos midiendo y reduciendo nuestra huella de carbono (el impacto causado por nuestra actividad agropecuaria) a través de un proyecto integral que implica a toda la empresa. Una de las vías de mejora más efectivas ha sido el consumo de energía eléctrica procedente de fuentes renovables.
Desde 2018 estamos inmersos en un ambicioso proyecto medioambiental que implica a todos los empleados y miembros de la gerencia de Pazo de Vilane y cuyo objetivo es la reducción de nuestra huella de carbono, esto es, la cantidad de gases de efecto invernadero que, como resultado de nuestra actividad agropecuaria, emitimos al medioambiente.
A pesar de que siempre hemos cuidado de nuestro entorno, la comarca de A Ulloa, esta reflexión como empresa –hemos colaborado todos los empleados– nos ha hecho caer en la cuenta de que contaminamos más de lo que creemos y que realizando pequeños esfuerzos o modificando ciertos hábitos podemos mejorar nuestro desempeño medioambiental.
Recientemente hemos conocido los resultados de la Huella de Carbono de Pazo de Vilane en 2019 respecto a 2018, y hemos llegado a conclusiones muy interesantes para nuestro aprendizaje:
- Gracias al esfuerzo de todo el personal, hemos reducido un 3,3% nuestra huella de carbono, a pesar de que la producción (y el número de gallinas) ha subido un 19% en ese período.
- La principal disminución de nuestra huella de carbono la hemos logrado al contratar empresas de luz que apuestan por energías renovables. Es decir, hemos rebajado nuestras emisiones porque hemos elegido fuentes más sostenibles.
- Una de las acciones que mayor impacto ha tenido en la compensación de nuestra huella de carbono ha sido la plantación de árboles que con carácter anual y con motivo de nuestro concurso “1 idea, 1 árbol”, efectuamos en las fincas del Pazo.
- Estas acciones de compensación son muy importantes, sobre todo porque su efecto es acumulativo y se irá reflejando en los años venideros.
Sabemos que la reducción de nuestra huella de carbono es un reto complicado. ¡Pero no nos rendimos!
Seguimos dando pequeños pasos y revisando continuamente nuestros procesos internos con el fin de reducir consumos y bajar nuestras emisiones.
Para ello prestamos mucha atención a los resultados de nuestras auditorías energéticas anuales y tratamos de aplicar todas las recomendaciones que nos hacen los expertos.
Así, estamos inmersos en varias acciones, como la sustitución de todas las luminarias de Pazo de Vilane por tecnología Led, la monitorización de nuestro consumo eléctrico en tiempo real, la instalación de sistemas automáticos de control de iluminación, la formación en conducción eficiente a los chóferes, la optimización del mantenimiento de los distintos motores (de los gallineros, las oficinas…), y el estudio de opciones para dar valor energético a los excrementos de las gallinas, que en la actualidad se revalorizan en parte como abono.
¿Qué acciones fáciles puedes emprender para reducir tu huella de carbono?
Todos, en mayor o menor medida, contaminamos; pero por eso mismo también está en nuestra mano cambiar actitudes para mejorar nuestra huella de carbono.
Te proponemos unos pequeños gestos bien fáciles que los empleados de Pazo de Vilane ya estamos practicando a favor del medioambiente.
- Desenchufa tu cargador cuando hayas terminado de recargar tu móvil. Aunque no lo parezca, sigue consumiendo energía aun después de completada la carga.
- Prueba a bajar medio grado el termostato de la calefacción de tu casa (o a subir el del aire acondicionado en verano) y a regular la temperatura con la ayuda de la ventilación natural y la ropa. Verás cómo casi no notarás la diferencia.
- Ten siempre limpia tu nevera y recicla todos los envases de plástico que puedas. Si dejas dentro muchas bolsas y embalajes superfluos, el frigorífico hará un esfuerzo extra –y consumirá más energía- para conservar los alimentos.
- Camina siempre que puedas. Tres paradas de transporte público en una ciudad suelen suponer unos 20-30 minutos de caminata (que además mejorarán tu salud).
- Lleva siempre un bolso o una mochila, y guarda dentro una bolsa reutilizable que puedas sacar en cualquier momento. Todavía hay muchos productos que nos sirven en bolsas: unos pantalones, unas barras de pan, las medicinas de la farmacia, cualquier cosa que compres en la ferretería, en la droguería…
- Trata de ponerte de acuerdo con compañeros de trabajo para compartir coche –si no puedes optar por el transporte público- o túrnate con otros padres para recoger a los niños del colegio.
- Llena de plantas tu hogar. Hay algunas, como la sansevieria, que además de decorativas, se mantienen con poquísima agua y limpian de toxinas el aire de tu casa.
- Reutiliza nuestra caja todo lo que puedas y si no es posible, llévala al contenedor de reciclaje (cartón).
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