Poco a poco vamos cumpliendo los sueños que teníamos cuando fundamos Pazo de Vilane, hace 25 años. Uno de ellos ha sido y es la recuperación de las fincas del Pazo y el enriquecimiento medioambiental de nuestro entorno, junto con la búsqueda de un bienestar cada vez mayor para nuestras gallinas.
Gracias al compromiso de todos vosotros, con el reciclado y reutilización de la #cajadelagallinita en la iniciativa #1Idea1Arbol, que este año 2021 llega a su 8ª edición, acabamos de dar un paso más hacia nuestra meta del cuidado del medioambiente con la plantación de 270 árboles en dos de nuestras fincas correspondientes a la 7ª edición.
Los dos bosques que acabamos de plantar en las fincas Susnabás y La Margada corresponden a un plan forestal desarrollado con Hifas Foresta y serán los primeros de varios en distintas parcelas y fincas de Pazo de Vilane.
Los llamaremos «Bosques del 25 aniversario» y con los años se transformarán en dos masas boscosas de más de 8 hectáreas de especies diversas que dibujarán hermosísimos paisajes.
Cumplirán un doble objetivo: en primer lugar, mejorarán la calidad ambiental y paisajística de nuestro entorno con especies frondosas de alto valor ecológico.
En segundo, pero no menos importante, crearán zonas protegidas para nuestras gallinas, con el fin de que pierdan el miedo a alejarse de los gallineros y puedan así aprovechar plenamente los amplios espacios de los que disponen.
Cobijo natural para nuestras gallinas camperas
Hemos estrenado nuestro Plan Paisajístico Pazo de Vilane 2021 en nuestra finca Susnabás, la más cercana al edificio histórico del Pazo y en La Margada, donde se ubican nuestras plantaciones de frambuesas -con las que elaboramos nuestras mermeladas artesanales-.
Aunque ya contábamos con algunos castaños y fresnos, las superficies principales eran praderas, algo dañadas en las áreas más cercanas a los gallineros (dado que la mayoría se agrupan allí en sus paseos, por su instinto de autoprotección, e impedían el crecimiento de las hierbas).
Precisamente para evitar esta sensación de indefensión, la distribución de los árboles que formarán los nuevos bosques comienza en su zona de confort, es decir, dentro de los límites que el miedo les impone, con el fin de que en el futuro, cuando la arboleda esté crecida, se sientan protegidas y se atrevan a explorar más allá.
En la elección de los árboles no sólo se han tenido en cuenta criterios paisajísticos, sino la magnitud de sus futuras copas, de forma que se logre formar una espesura que actúe como techado vegetal.
El objetivo es que las gallinas no vean el cielo abierto –para que no se sientan expuestas a posibles aves rapaces- y que éstas tampoco puedan distinguir la manada desde el aire.
Es decir, todo está pensado -a través de la plantación de pequeños bosquetes, pasillos de árboles y setos con tangencia de copas entre ellos– para que las gallinas puedan recorrer a sus anchas las fincas de Susnabás y La Margada.
Dos futuros paisajes espectaculares
Los que trabajamos la tierra y los animales sabemos que nada se consigue sin paciencia… Pero realmente no podemos esperar a que pasen los años y veamos el resultado final de los bosques que acabamos de plantar.
Todas las especies se han seleccionado bajo un cuidado criterio paisajístico, con árboles de porte similar pero de colores distintos y llamativos, que formarán unos bonitos cuadros que lucirán especialmente en otoño.
Castaños, hayas púrpuras, robles americanos, fresnos europeos, abedules y cerezos se combinarán armónicamente con arbustos como carpes, laureles reales, berberis, cotoneasters o ligustros en forma de cuidados setos.
Los robles americanos, por ejemplo, en otoño se tiñen de tonalidades que van desde el amarillo fuerte hasta el rojo intenso, alcanzando incluso tonos casi morados propios del haya púrpura; así pues, combinaremos estas dos especies en las zonas más próximas al gallinero.
Tanto los robles como las hayas son frondosos y de gran porte, por lo que darán buena sombra. Nuestras gallinas disfrutarán así de ambientes más frescos en verano, protegidos de la insolación directa.
Mención aparte merece el límite Este de la parcela Susnabás, donde hemos plantado un pequeño bosquete de cerezos. ¿Os imagináis cómo se verá cuando su floración blanco nieve esté en su máximo esplendor?
Pero, sin duda, será el castaño la especie estrella de estas composiciones boscosas, porque hará de enlace entre unas y otras especies.
Lo usaremos para unir los pequeños bosquecillos, creando pasillos que recorrerán las parcelas. Y, llegado el otoño, sus colores amarillos, pardos y naranja se integrarán a la perfección con los del resto de árboles.
Por último, remataremos las lindes con setos de arbustos, algunos de ellos con espinas, como elementos disuasorios para que las alimañas no penetren en las fincas o las gallinas no se atrevan más allá de sus límites.
Asimismo, en las zonas que queden sin arbolar, instalaremos unos pequeños refugios de madera y brezo, perfectamente integrados en el paisaje, no sólo para dar protección adicional a las gallinas, sino para que en el futuro puedan bajo sus pilares darse sus deseados baños de polvo, que les aportan gran bienestar.
Un gran trabajo en equipo
Aunque dirigidos por los paisajistas, ha sido el equipo de Granjas de Pazo de Vilane el que ha llevado el peso de la plantación de los bosques, lo que tiene especial mérito porque las condiciones meteorológicas se hicieron duras algunos días.
Desde aquí queremos hacer llegar nuestro agradecimiento a Sergio, Sergio Cid, Gabriel, Roberto, Iker, Norberto, Ángeles, Maik, Rafa, Ángeles y Cristian, además de a Basi, nuestro capataz y a Joaquín, de Hifas da Terra.