Día Mundial de la Alimentación: ¿Pueden las gallinas ayudar a paliar el hambre?

Cada 16 de octubre se celebra internacionalmente el Día Mundial de la Alimentación, una conmemoración impulsada por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) cuyo propósito es disminuir el hambre en el mundo, todo ello encuadrado en la Agenda 2030, en su meta “hambre cero”. 

La jornada se estableció para recordarnos que millones de personas no pueden adoptar una alimentación sostenible y, lo que es más, están en riesgo de inseguridad alimentaria y malnutrición severa. Mientras tanto, paradójicamente, se producen alimentos suficientes en el planeta como para abastecer a todos sus habitantes. 

Sin embargo, siguen dándose injusticias en el acceso a los alimentos motivadas por los conflictos o guerras, tensiones y especulaciones en los mercados internacionales, la pandemia de Covid-19, las subidas de precios, los cambios e inestabilidades climáticas…

El Día Mundial de la Alimentación nos ha hecho reflexionar en Pazo de Vilane sobre la importancia que tienen los pequeños animales de granja, como nuestras gallinas camperas, para alcanzar la meta de una alimentación sana y equilibrada de los habitantes de los países en vías de desarrollo. 

Fijémonos en que los expertos de la FAO apuntan a que es necesaria “una mejor producción de alimentos”, lo que nos llevaría a “una mejor nutrición, mejor medio ambiente y una vida mejor”.

Las producciones familiares extensivas de gallinas camperas son sin duda un ejemplo de esa “mejor producción de alimentos” que persigue la FAO y probablemente podría ser una parte de la solución de este problema de magnitudes mundiales.   

¿Por qué gallinas y no otros animales de granja?

Pues porque, aunque este año la FAO ponga el acento en las guerras o en la pandemia de COVID-19 como causas directas de la deficiente alimentación mundial, existen otros factores estructurales que no ayudan al desarrollo de las personas en los países más empobrecidos, como el escaso acceso a la tierra para el cultivo o la ganadería porcina o bovina por parte de las familias. 

Sin duda, las gallinas requieren menos inversión y espacio que otro tipo de explotación ganadera.

La cría de gallinas camperas en los países en vías de desarrollo

Numerosas ONGs y organizaciones que trabajan en países en vías de desarrollo destacan la importancia de las pequeñas producciones familiares de gallinas camperas para el desarrollo y la prosperidad de las comunidades. 

Existen numerosas evidencias arqueológicas de que las gallinas domésticas surgieron en China hace 8000 años y luego se expandieron hacia Europa Occidental, quizá a través de Rusia. Al mismo tiempo, la domesticación se logró en India y de ahí se exportó a todo el continente asiático. 

Las gallinas también llevan en África varios siglos y hoy día constituyen un elemento clave de la cultura africana. De hecho, el gallo es uno de los signos o emblemas más frecuentes de sus partidos políticos.  

En conclusión, las gallinas son aves extendidas por todo el planeta desde hace siglos, por lo que están perfectamente adaptadas a todos los climas y condiciones de crianza. De hecho, es curioso comprobar cómo en cada región, según sus particularidades (humedad extrema, ausencia de lluvias o lluvias torrenciales) se han ido desarrollando las razas, aclimatándose al caso concreto. 

Además, casi cualquier cultura tiene experiencia sobrada en su manejo y es un animal pequeño que no requiere mucho espacio ni cantidades grandes de forraje para su mantenimiento. 

Por supuesto, estamos hablando de pequeñas comunidades locales en desarrollo donde las gallinas suelen vivir en libertad y las propias aves se procuran parte del alimento en sus paseos (insectos, hierbas…) pues los granjeros no siempre pueden proporcionárselo -sería lo ideal-. 

Hay varias reflexiones interesantes que podemos hacer sobre el papel de las gallinas en el Tercer Mundo con motivo del Día Mundial de la Alimentación. 

• La primera de todas es que estas aves proporcionan casi a diario una proteína de calidad que se conserva sin necesidad de frío durante largos días y que puede ser empleada en multitud de platos. 
• Las gallinas son prolíficas y pueden llegar a criar en la misma pollada hasta 10-12 pollitos, varias veces al año. Los pollos machos que nacen en las camadas forman parte de otros pequeños negocios paralelos destinados a la cría de carne. 
• No olvidemos que la gallina nos regala su carne como alimento una vez termina su vida productiva. 
• Los huevos, en muchísimas comunidades locales de países en vías de desarrollo, se emplean como moneda de trueque, y pueden cambiarse por otros alimentos, vestidos o incluso herramientas.
• En ocasiones, y al disponer las mujeres de una producción constante de un ingrediente muy apreciado por su versatilidad, inician espontáneamente pequeños negocios de comidas para tomar en sus propias casas (como improvisados restaurantes) o para venta al exterior. 
• Por ello la gallina, especialmente las de doble propósito (aquellas de las que se puede aprovechar tanto la carne como los huevos) es un animal ideal para iniciar una senda de crecimiento y autoabastecimiento en países empobrecidos.

Particularidades de la cría de gallinas en países en vías de desarrollo

No obstante, todavía queda mucho por hacer en estas comunidades para llegar a ese objetivo “hambre 0”. 

Según datos de la FAO, las gallinas son las aves de cría mayoritarias en África, los patos en Asia y los pavos en Sudamérica y Centroamérica. En las granjas familiares el tamaño de las granjas puede variar mucho. Así, suelen ser de entre 3 y 100 aves en el continente africano, de 10 y 30 en Sudamérica y de entre 50 y 2000 en Asia. 

La productividad de huevos y carne es mucho menor en los sistemas familiares, lo que supone el principal escollo.

Esto es debido a que una gallina que se alimenta por sí sola, únicamente picoteando en libertad (sin que el granjero le proporcione un buen pienso, base de su alimentación) produce sólo entre 30 y 50 huevos por año. 

Estas cifras podrían mejorarse mucho si los criadores tuvieran acceso a un pienso rico en hidratos de carbono y proteínas vegetales (a través de cereales y leguminosas de calidad) para elevar al triple o incluso cuadruplicar esa cifra de puesta de huevos.

Asimismo, la avicultura familiar no sólo constituye una fuente de ingresos insustituible para muchas comunidades, como nos recuerda el Día Mundial de la Alimentación de la FAO, también actúan como protección fitosanitaria (es impagable la función de las gallinas como exterminadoras de plagas de insectos) y proporcionan estiércol que enriquece la tierra. 

Más aún; las aves significan culturalmente mucho más que el mero sustento en las comunidades locales en desarrollo. 

En muchos países asiáticos las gallinas o patos no sólo se emplean en comidas de importancia, para agasajar a los invitados, también éstos reciben un ave viva al finalizar como muestra de respeto. Esto mejora la autoestima de las familias, al poder permitirse ese pequeño lujo. 

En el sur de Bután, las aves forman parte del culto de las diosas locales, en forma de ofrenda y en muchos países africanos están presentes en los ritos iniciáticos.  

En definitiva, a día de hoy sería necesaria una mayor extensión de estas pequeñas explotaciones avícolas familiares en comunidades locales y mejorar su productividad, así como controlar las enfermedades y el bienestar de las aves, a través de unos medicamentos y/o suplementos naturales mínimos y un pienso adecuado, entre otros muchos factores. 

También el desarrollo de estrategias para la comercialización de los huevos y otros subproductos de las gallinas podría ser una vía muy interesante de crecimiento para mejorar la alimentación de todo el mundo. 

Desde Pazo de Vilane esperamos que iniciativas como el Día Mundial de la Alimentación nos sirvan para concienciarnos del papel de los animales de granja en la nutrición de todos los habitantes del planeta, muy especialmente de las gallinas camperas. Son muy necesarias, y en modo alguno deben desaparecer. 

Por ello es justo reconocer su función insustituible y mostrarnos agradecidos y respetuosos con ellas, precisamente por todo lo que nos regalan cada día y aún pueden darnos en otras partes del mundo si las cuidamos adecuadamente.

Fuentes: 

https://www.fao.org/world-food-day/es

https://www.fao.org/3/y5114s/y5114s04.htm

Pazo de Vilane

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