Bosques de Galicia: donde los ojos encuentran consuelo
Los bosques gallegos son uno de los grandes alicientes de nuestra tierra y uno de sus elementos de mayor valor, tanto natural como cultural. Descúbrelos.
Jun
Galicia es tierra verde por excelencia: agua abundante, brumas y espectaculares paisajes. Sin duda la naturaleza se volcó en estos parajes, muy especialmente con los bosques gallegos, que tienen la capacidad de dar descanso a la mirada.
Y es que los bosques autóctonos gallegos no son sólo uno de los principales atractivos de España, sino de toda Europa. De hecho, muchos de los mejores bosques atlánticos del Continente están localizados en estas tierras.
No nos resistimos a los encantos de Galicia, porque la llevamos muy dentro. Por eso hemos querido conocer mejor el estado y características de los bosques gallegos como primer paso para revalorizarlos y apreciarlos como merecen.
¿Qué son los bosques autóctonos gallegos?
Los bosques autóctonos gallegos, también denominados “fragas” son aquellos en los que no ha intervenido la mano del hombre en su formación.
Existen desde tiempos inmemoriales, su antigüedad es casi incalculable y constituyen ecosistemas autónomos que se regeneran por sí solos y están dotados de gran biodiversidad.
Los ríos, anchos y caudalosos, son los grandes protagonistas del bosque gallego, porque la abundancia de agua permite esa riqueza incalculable de fauna y flora.
Todo contribuye a la formación de verdaderas maravillas paisajísticas: las fragas son siempre muy espesas porque las copas de los árboles que las forman están llenas de ramaje; por eso la luz raras veces llega hasta el suelo, manteniéndose así una temperatura y humedad constantes en el interior.
Las brumas y nieblas, así como las abundantes lluvias, hacen el resto. Los suelos son ricos en nutrientes, por lo que surgen por doquier líquenes, musgos y helechos de las más diversas variedades que uno pueda imaginar.
El bosque autóctono de Galicia por excelencia es atlántico, así que -dependiendo siempre de la altitud y de las condiciones del sustrato- las especies predominantes suelen ser el roble o carballo, el castaño, el acebo, el laurel, el espino o el alcornoque.
La fauna es asimismo muy rica y variada. Habitan en estos bosques una gran diversidad de especies, como la marta, el zorro, el tejón, la gineta, la comadreja, el turón, los gatos monteses, la garduña, la nutria y en los últimos años, el visón americano procedente de granjas. Este último amenaza con convertirse en plaga.
El eucalipto en Galicia
Conviven con los bosques autóctonos gallegos otros de plantación humana, en su mayor parte de especies pirófitas (eucaliptos) de rápido crecimiento; se trata de explotaciones de celulosas y madereras, en su mayor parte.
Las personas que visitan por primera vez el norte de España, y muy particularmente Galicia, quedan siempre impresionadas por la altura, porte y aroma que desprenden estos árboles a los que consideran parte del paisaje, sin saber que tienen una historia relativamente reciente en estas tierras.
En realidad, son fruto en su mayor parte de plantaciones masivas en las décadas de los 50 y los 60, que posteriormente se han ido manteniendo con objetivos económicos.
Estos bosques no autóctonos han sido objeto de críticas, pues se argumenta que los árboles introducidos son dañinos para el resto de especies propias y además arden con más facilidad, por lo que pueden atraer incendios forestales masivos.
Algunos de los bosques de Galicia más bonitos
Fragas do Eume
El Parque Natural de las Fragas do Eume, ubicado en el norte de la provincia de A Coruña, es una maravilla medioambiental que recorre las orillas del río Eume. Dentro de él se ubican algunos pueblecitos (Puentedeume, Capela, Monfero, Cabañas, Puentes de García Rodríguez) en los que viven en su conjunto poco más de 500 personas. Está considerado uno de los mejores bosques atlánticos de toda Europa.
La mayor parte de los árboles de las Fragas do Eume son robles, si bien también son abundantes los castaños -que prosperaron en el pasado gracias a la explotación humana de su fruto- y el abedul. Pero debido a las sombras y a la abundante humedad, el verdadero rey de esta fraga es el helecho, del que pueden encontrarse más de 20 especies diferentes.
En medio del bosque se sitúan asimismo dos monasterios de gran belleza, el de San Juan de Caaveiro y el de Santa María de Monfero, auténticas joyas del románico gallego.
Bosque de Os Grobos
Si te gustan los laberintos vegetales, misteriosos, intrincados y sombríos, te enamorarás del Bosque de Os Grobos, localizado entre los municipios de Becerreá y As Nogais, en Lugo.
Su originalidad reside en que está salpicado de enormes rocas calizas -raras veces pueden verse en Galicia- talladas por el tiempo, la humedad y la escorrentía. Además, no tiene rutas preestablecidas, tal es la densidad de su vegetación.
De hecho, en esta enigmática fraga, plagada de cuevas y pasadizos, es fácil perderse, y no es sencillo encontrar el camino de acceso, quizá por eso se ha conservado a lo largo de los siglos.
Curiosamente, en él se ubican especies propias del bosque mediterráneo mezcladas armónicamente con castaños, todo ello gracias a su especial microclima.
Devesa da Rogueira
Otra joya natural situada en Folgoso do Courel (Lugo) y perfecto ejemplo de las devesas, bosques atlánticos orientados al norte.
En la Devesa de Rogueira encontrarás en perfecta armonía avellanos, robles y arándanos junto a hayas, acebos, fresnos y abedules.
Con un poco de suerte podrás toparte con alguno de los simpáticos habitantes de este “bosque animado”: gatos monteses, lirones, corzos, martas, comadrejas, turones, garduñas…
Devesa de Nimo
A orillas del río Tambre, junto a cascadas, saltos y rápidos, transita la Devesa de Nimo, un bosque gallego espectacular cuajado de laureles, carballos y sauces.
A lo largo de este precioso recorrido no sólo podrás avistar nutrias, algún martín pescador, e incluso jabalís o raposos; la zona es idónea para la pesca de lampreas, así que es muy frecuente encontrar amantes de la caña por los alrededores.
No te pierdas una verdadera maravilla arquitectónica: la central hidroeléctrica del Tambre, diseñada en 1924 por el arquitecto Antonio Palacios, el también artífice del Palacio de Correos y del Círculo de Bellas Artes en Madrid. Está considerada por muchos como una de las mejores muestras del modernismo en Galicia.
Los bosques gallegos en la literatura
El gallego concibe sus bosques y la naturaleza verde y hasta algo salvaje de su tierra como parte de su propia vida, de su misma esencia.
Por eso los grandes autores gallegos de la literatura (tanto si escribían en gallego como en castellano) han tratado sus bosques en muchas de sus obras, e incluso en algunos casos desde una visión original, como personajes principales, con vida y personalidad propias.
Rosalía de Castro fue una de las primeras autoras en tratar el tema del bosque y los verdes campos gallegos dentro de su obra. En sus poemarios intimistas recorre el paisaje de Galicia y lo integra como parte de un sentimiento íntimo.
Así, su patria gallega es un “todo” integrado por la lengua y el pueblo, pero también por esa tierra fresca, verde y marinera.
Otra gran autora, Emilia Pardo Bazán, refleja en sus obras ese mismo amor por Galicia a través de los bosques y el paisaje.
En “La madre naturaleza” nuestra principal representante del naturalismo demuestra una especial maestría en la descripción de los bosques gallegos, con profusión de vocabulario botánico.
Esto no es de extrañar, pues la Pardo Bazán, como buena gallega y defensora orgullosa de su identidad, conocía a la perfección la naturaleza que la rodeaba.
Por su parte, el gran Valle-Inclán hace un uso casi exhaustivo de las descripciones paisajísticas misteriosas, casi épicas. Las húmedas devesas, los laberintos vegetales… se insertan en sus obras casi siempre con un sentido enigmático o incluso simbólico.
Pero, sin duda, la obra gallega en la que el bosque cobra especial protagonismo es El bosque animado (1943) de Wenceslao Fernández Flórez.
En esta novela las criaturas que pueblan la fraga de Cecebre -animales, ánimas benditas, plantas…- tienen vida y sentimientos propios, e interactúan unos con otros con total naturalidad.
Ahora bien, lo que importa no son tanto las historias de cada personaje animado (que al fin y al cabo tienen una vida finita) sino la continuidad de la fraga, que prevalece sobre la muerte.
Los bosques y Pazo de Vilane
Uno de los valores fundacionales de Pazo de Vilane es el cuidado del medioambiente y la protección de todo el incomparable patrimonio “verde” que nos rodea en la comarca de A Ulloa.
Por eso desde la fundación de nuestra empresa, en 1996, hemos trabajado duro en frenar su deterioro.
Es más, no solo hemos tratado de preservar toda la flora y fauna que inicialmente habitaba en nuestras fincas, también desde 2014 hemos mejorado el paisaje plantando nuevos árboles adaptados a las características climáticas de la zona, con el fin de que en un futuro se conviertan en nuevos bosques dignos de admiración.
Además, todos nuestros seguidores han participado y se han implicado en esta iniciativa medioambiental de plantación a través de un concurso anual de ideas de reutilización de nuestra caja de huevos de cartón, el ya conocido 1 idea, 1 árbol.
En este certamen, todos ganamos, pues por cada idea de reutilización propuesta plantamos un árbol. Ya llevamos nueve ediciones consecutivas, y muchos de los primeros arbolitos ya han conseguido enraizar y extender sus copas.
Con especial ilusión plantamos en 2021 los Bosques 25 aniversario, dos arboledas conmemorativas de los 25 años de nuestra fundación y que esperamos puedan proporcionar sombra en el futuro a nuestras queridas gallinas, así como cobijo a todas las aves de los alrededores.
En conclusión, todo lo que digamos sobre los bosques de Galicia se queda corto para explicar su enigmática belleza y majestuosidad. Baste decir que a lo largo de los siglos han sido inspiración de artistas y motivo de admiración y sustento para las personas sencillas.
Sin lugar a dudas, son patrimonio común, un legado que debemos traspasar engrandecido a las generaciones futuras. Por ello todos debemos respetar los bosques de Galicia y esforzarnos en su conservación y prosperidad.
¿Te ha gustado este artículo? ¡Pues te ofrecemos mucho más! ¡Suscríbete a nuestro boletín y recibirás gratis un libro digital!
Fuentes
