¿Recuerdas la regla de las 3 erres? Ya sabes, Reducir, Reutilizar y Reciclar… Pues ahora los consumidores demandamos dar un paso más, y una nueva r, Recuperar, se ha sumado a las tres anteriores. En Pazo de Vilane tratamos de aplicar estas cuatro premisas a nuestra actividad diaria y de mejorar día a día. Te contamos cómo intentamos crecer en nuestro desempeño medioambiental y además te proponemos algunas ideas para que las lleves a tu propia casa.
¿En qué consisten las 4 r?
Ya sabes que las 4r consisten en Reducir, Reutilizar, Reciclar y Recuperar. Pero queremos explicártelas con todo detalle:
- Reducir. Es la primera regla y, si todos los ciudadanos del Planeta consiguiéramos llevarla a cabo con pleno alcance, se solucionaría una buena parte del problema medioambiental. Se trata de reducir al mínimo la generación de residuos (un porcentaje considerable son envases).
- Reutilizar. Dar un nuevo uso a un objeto que ya no nos sirve a nosotros, pero puede hacerlo a otros: ropa que se ha quedado pequeña, o no nos ponemos, por ejemplo, pero que está en buen estado y puede tener decenas de nuevos usos.
- Reciclar. Se trata de convertir un desecho o residuo en un producto nuevo, incluso totalmente diferente. La labor de todos aquí es fundamental para que el sistema funcione: debemos separar adecuadamente todos los residuos y depositarlos en el contenedor correspondiente.
- Recuperar. Es la nueva “r” y consiste en generar energía a partir de residuos que no pueden ni reducirse, ni reutilizarse ni reciclarse.
Las 4 r en tu casa: cómo puedes llegar más lejos
Estamos seguros de que ya practicas algo tan saludable para el medioambiente como las 4 r: Reducir, reutilizar, reciclar y recuperar. Pero quizá con estos consejos puedas ahondar en tu comportamiento sostenible.
Comencemos por el primero, reducir. Para ello te proponemos varias iniciativas:
- Opta por el comercio que menos residuos genere, y anima a tu tendero –sobre todo si es de proximidad y puede tomar decisiones- a que juntos produzcáis menos residuos. Lleva siempre tu propia bolsa y guarda en ellas (sin usar papel, cartón o bolsas adicionales) el pan, la fruta, o los alimentos ya manufacturados como latas, congelados, etc.
- Siempre que puedas, expresa a través de encuestas, correos o directamente en todas las tiendas donde compres la necesidad de generar menos residuos, desde el origen. ¿Es necesario emplear bandejas de poliespan para los embutidos o la carne, además de varios films protectores y etiquetas de plástico? ¡Anima a tu tendero!
- Piénsate varias veces si necesitas comprar nueva ropa. Tu bolsillo lo agradecerá, y más aún el medioambiente.
- Reduce al mínimo indispensable los film de cocina o el papel de aluminio. ¿Cómo? Sustitúyelos por recipientes de cristal. Desde la carne al pescado, pasando por los embutidos loncheados, sobras de comida… Además, ¿sabías que la comida se conserva fresca más tiempo si la guardas en cristal?
- Premia con tu compra a los productores que se preocupen por la calidad medioambiental de su envasado. Prima materiales sostenibles frente a otros de difícil reducción, reciclado o revalorización.
Reutilizar o la segunda r: La imaginación, al poder. Piensa en nuevos usos… y atrévete a ser creativo.
- No tires ni un solo tarro de cristal de mermeladas, legumbres envasadas o verduras, como espárragos u otros. Son unos recipientes estupendos para mantener ordenada la nevera y conservar más tiempo los alimentos. Además, tendrás más capacidad con ellos que con los clásicos recipientes de cristal, porque aprovechan el espacio “a lo alto”.
- Por supuesto, no descartes las cajas de nuestros huevos. No sabes la ayuda que suponen para mantener las cosas ordenadas en casa: material de escritorio, bisutería, cápsulas de café, costurero, semillas para un huerto urbano, documentación, tuercas o tornillos… ¡Tiene mil y un usos!
- Emplea cualquier hoja de papel blanco que caiga en tus manos (facturas antiguas, comunicaciones comerciales, cuadernos viejos de los niños…) para fabricar blocks caseros en los que tomar notas, apuntar la compra, hacer recordatorios…
- Aficiónate a la costura, las manualidades y al bricolaje. No sabes la de dinerito que te ahorrarás cada año si reparas tú mismo en casa muebles, puertas, sanitarios, electrodomésticos… Internet está lleno de tutoriales donde se explican las reparaciones más frecuentes del hogar. No olvides enseñar a los más pequeños a reparar cosas sencillas.
- También la Red está llena de ideas súper ingeniosas de decoración con materiales reciclados: macetas para plantas, marcos para fotos, cojines o mantas realizados con ropa usada… y un largo etcétera.
Reciclar. La tercera “r” en tu hogar.
- Casi todos separamos ya el vidrio, los envases, el papel y la materia orgánica, pero… ¿Haces lo mismo con aceites vegetales, medicinas, electrodomésticos, metales, muebles viejos o incluso con tu ropa? También existen contenedores específicos para estos residuos tan contaminantes. Es importante que todos sigamos avanzando en el camino del reciclaje.
- Trata de tirar lo mínimo posible. En Internet encontrarás tutoriales para reciclar algunos productos tú mismo: por ejemplo, jabón con aceite vegetal, o abono o compost para tus plantas o huerto urbano con tus residuos orgánicos.
Recuperar: También estás haciendo mucho por la 4 “r”
Y aunque esta 4ª pata se concreta en ámbitos industriales (pues consiste en el tratamiento de los residuos que no podrían ni reducirse, ni reutilizarse, ni reciclarse para liberar energía) ya estás haciendo mucho para que funcione y se desarrolle.
Así, al separar y mandar al contenedor adecuado tus residuos, están depurando la basura que llega finalmente a los vertederos, lugares donde se vuelve a revisar y se envía a industrias que generan energía a través de procesos avanzados como la combustión, la pirolisis, la gasificación, la digestión anaeróbica o la recuperación de gas residual.
Por ejemplo, muchos plásticos o las latas de refresco se recuperan y de ellos se extrae energía mediante la pirolisis.
También, al abonar en tu taller autorizado una tasa medioambiental se recoge tanto el aceite usado de tu motor como las ruedas gastadas de tu coche, que en una parte se convierten en subproductos y en otra se recuperan para generar energía.
Las 4 r en Pazo de Vilane
En Pazo de Vilane tratamos de intensificar la aplicación de las 4 r en nuestra actividad como empresa. Por ejemplo, intentamos, siempre que es posible, que las materias primas que adquirimos lleguen con los mínimos embalajes. Así, el pienso de las gallinas se almacena directamente en tolvas; de este modo evitamos sacos de plástico innecesarios.
Por otro lado, muy frecuentemente tratamos de reutilizar materiales que generamos como resultado de nuestra actividad. Así, muchas veces los palés de madera en los que llegan algunos materiales acaban formando parte de vallas o empalizadas de las fincas en las que pastan nuestras gallinas. Unos clavos, una capa de barniz… ¡y quedan preciosas!
Además, indirectamente, y gracias a tu apoyo, se reutilizan cientos de miles de envases de huevos Pazo de Vilane todos los años, a través de nuestro concurso 1 idea, 1 árbol, que este año cumplió su 8ª edición.
A través de esta iniciativa nos enviáis geniales ideas de reutilización de la “caja de la gallinita” –como muchos la llamáis- y a cambio nosotros plantamos un árbol en las fincas del Pazo, que no sólo dan cobijo y sombra a las gallinas, sino que también ayudan a mejorar el entorno de nuestra comarca, A Ulloa.
Por supuesto, una gran parte de nuestros residuos –los que no pueden reducirse ni reutilizarse- acaban siendo seleccionados para ser reciclados por una empresa especializada en gestión de residuos. Además, todos nuestros empleados han recibido formación al respecto y acerca de otras medidas medioambientales.
De hecho, desde hace dos años Pazo de Vilane está inmersa en un ambicioso proyecto de reducción de huella de carbono que afecta tanto a la empresa como a cada uno de sus integrantes.
Por último, y respecto al gran reto de la recuperación, actualmente estamos estudiando opciones para conseguir dar valor energético a la gallinácea o excrementos de las gallinas, que ahora mismo se están revalorizando en parte como abono agrícola.
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