Pazo de Vilane: una historia de esfuerzo, lucha, perseverancia, imaginación, amor e ilusión (I)

Fue una idea largamente acariciada, un horizonte donde siempre mirar, un objetivo vital, que finalmente vio como a finales de los años noventa se daban las condiciones para recuperar el pazo familiar y sus fincas, un edificio del Siglo XVIII inventariado dentro del catálogo del patrimonio cultural de Galicia, que había caído en el abandono. El objetivo era devolverle su razón de ser, una estructura de producción, de trabajo por y para la comunidad.

Fuimos contracorriente de todas las tendencias imperantes en aquel momento y regresamos al campo, al medio rural, para desarrollar un proyecto sostenible e innovador. El ideólogo de todo ello fue nuestro padre Juan Varela-Portas Pardo quien con 66 años emprendió esta su última aventura vital y la verdadera artífice su hija pequeña Nuria.

La convicción de ambos era grande, el padre por la experiencia y la sabiduría de los años y la hija por su juventud, y sus ganas hacer realidad el legado familiar.

La visión de nuestro padre era clara, que la única forma de conservar y mantener el legado familiar que habían visto 12 generaciones de la familia, era crear a su alrededor una actividad sostenible y así conservar nuestras raíces y nuestra historia.

Con valentía, asumiendo riesgos y con una visión empresarial innovadora sobre como un producto con origen en Galicia y en el campo podría llegar al consumidor de otros lugares.

Había que producir en el campo y que los rendimientos quedarán en el medio rural, para su desarrollo y el arraigo de sus habitantes, dando empleo a las personas de la aldea y reinvirtiendo siempre en mejoras y nuevas actividades.

Para ello nosotros mismos debíamos llegar a los mercados de las ciudades con un mensaje claro de producto artesano, de calidad y producido en Galicia. Esa clarividencia les llevó a transmitir estas ideas a los creadores de la joya de la corona, la caja de huevos de Pazo de Vilane, verdadero símbolo de identidad y comunicación de nuestra marca, que nos ha convertido en la marca de “los huevos de la cajita”.