La leyenda del río Furelos

Aquí, en Antas de Ulla, son muy populares el mito del Castro Amarante, del que ya os hemos hablado en nuestro blog y, también, la leyenda sobre el Puente de San Xoán del río Furelos, situado en la parroquia de Furelos, en Melide, a 25 minutos de Vilane. Se trata de un puente medieval de cuatro arcos construido en el siglo XII sobre el curso del río Furelos, muy conocido hoy en día puesto que sobre él discurre el itinerario del Camino Francés a Santiago. A este puente medieval, documentado tanto en el Tombo de Sobrado como en el Códice Calixtino, también se le llama inapropiadamente puente romana o románica. A pesar de que se trata de un puente de inequívoca fábrica medieval, se barajó que fuera construido en tiempos de romanos, aunque el imaginario popular también lo asocia a los mouros. Así, cuenta la leyenda que los vecinos querían construir un puente pero sus medios no eran suficientes para tal obra. Por ello decidieron acudir a un mouro que se ofreció a hacerlo a cambio de oro. Este lo construyó pero dejó una piedra mal colocada para que el puente al pasar un tiempo sufriera desperfectos y los vecinos se vieran obligados a recurrir de nuevo a él y otra vez a cambio de oro. No fue una, sino varias la tretas de aquel mouro. Al enterarse los vecinos calentaron una piedra antes de que éste viniera a recolocarla, y así se quemó la mano dejando la piedra con su marca. El puente, la presa, el Camino y la aldea de San Xoán forman un conjunto de incalculable valor patrimonial, cultural y etnográfico que debería ser conservado. Una parada obligatoria si algún día os animáis a visitar el entorno de Pazo de Vilane.